El grupo de opositores venezolanos asilados en la embajada argentina en Caracas denunció su situación de “alto riesgo” debido al “acoso” y “asedio sin precedentes” por el gobierno de Nicolás Maduro y clamó por la ayuda de Argentina y Brasil para obtener salvoconductos y salir del país.
Los seis colaboradores del equipo de campaña de la opositora María Corina Machado y Edmundo González asilados en la embajada de Argentina en Caracas, en custodia de Brasil, se encuentran en una situación de “alto riesgo”, dijo el grupo el sábado en su primera videoconferencia con la prensa, en la que pidieron salvoconductos y ayuda a los gobiernos de Buenos Aires y Brasil.
A casi nueve meses de encierro en la misión argentina, Pedro Urruchurtu, Magalli Meda y Omar González, denunciaron en representación de sus compañeros el incremento de hombres con fusiles de asalto encapuchados, así como la presencia de francotiradores, en las inmediaciones de la sede diplomática, vigilada con drones por fuerzas de inteligencia del gobierno de Venezuela, que los acusa de conspirar.
También recordaron que van tres semanas desde que el gobierno cortó el suministro eléctrico a la embajada. Y denunciaron que las autoridades venezolanas controlan todo lo que entra y sale, y tienen “un fuerte plan de racionamiento” de alimentos y agua potable.
“Estamos en una situación de alto riesgo y no sabemos si podamos volver a conversar con ustedes”, dijo a periodistas Meda, de 56 años, jefa de campaña de la oposición.
Claudia Macero, coordinadora de comunicaciones del partido opositor Vente Venezuela; Humberto Villalobos, exministro y coordinador político; Fernando Martínez Mottola, asesor político; completan el grupo de seis asilados. No estuvieron presentes en la conferencia virtual.
Todos ingresaron a la sede diplomática el 27 de marzo luego de que la Fiscalía ordenó su detención, acusándolos de propiciar supuestos actos violentos para desestabilizar al gobierno chavista.
“Mecanismo de coacción”
Para Meda, el gobierno del presidente Nicolás Maduro, “ha decidido usar esta embajada como un mecanismo de coacción y presión ante todo lo que ellos sienten que puede vulnerar su posibilidad de mantenerse en el poder”.
Omar González, de 74 años, exdiputado y coordinador electoral del comando de campaña, denunció que las fuerzas gubernamentales “han convertido el vecindario en madrigueras de centros de espionaje y francotiradores”.
“Hemos podido observar agentes con rostros cubiertos con pasamontañas con traje camuflados, fusiles de asalto, que hemos podido después, mediante fotografía, determinar que son fusiles AK-45, con telescópicas”, aseguró González.
“Estamos siendo asediados desde esas propiedades”, respondió Meda, sobre las casas cercanas que circuló en redes sociales fueron tomadas por las fuerzas de inteligencia de Maduro.
“Esto básicamente es muy fuerte (…) vamos a cumplir tres semanas sin servicio eléctrico (…) ha sido muy desgastante en las madrugadas y sobre todo cuando se presentan armados con una sensación de que van a entrar”, describió.
Según explicó de manera online el grupo a la prensa, en la embajada no hay personal ni de Brasil ni de Argentina desde el miércoles. “Estamos absolutamente solos”, siguió Meda.
El personal diplomático de Argentina salió del edificio cuando Maduro rompió relaciones con el gobierno de Javier Milei tras desconocer su cuestionada reelección en julio. Desde agosto Brasil asumió la custodia de la embajada.
Pero un mes más tarde Maduro revocó a Brasil la autorización de custodia, alegando que tenía pruebas sobre el uso de las instalaciones “para la planificación de actividades terroristas e intentos de magnicidio”, lo cual fue rechazado por los dos países involucrados. Sin embargo, la bandera de Brasil sigue izada en la residencia, a la espera de que asuma un tercer país.