En la provincia argentina de Misiones los animales son víctimas del tránsito vial y el tráfico ilegal de fauna. Muchos ejemplares de especies autóctonas de la región son atropellados y, como consecuencia, mueren o terminan heridos. Ante esta situación existe una asistencia veterinaria de emergencia.
Según datos de organizaciones proteccionistas, cerca de 5.000 animales mueren por arrollamientos en los caminos regionales. Para aquellos que se salvan, existe una reserva que actúa como un hospital de emergencias que trata a los ejemplares heridos sin perder de vista lo que significa la ausencia forzosa de su hábitat natural.
“Recordemos que la fauna silvestre es de todos, el bioma, el ambiente es de todos, es nuestra casa”, comentó a RT Dante Di Nucci, veterinario de la reserva Güira Oga. “Uno trabaja no para uno sino en definitiva, por supuesto, para el animal que estaba lastimado, pero también trabaja para todos porque es devolver un eslabón más de nuestra casa y de la salud del ecosistema”, agregó.
Al predio, ubicado en las puertas del Parque Nacional Iguazú, llegan también animales víctimas del tráfico de fauna. Las estadísticas muestran que, lastimosamente, son pocos los que logran reinsertarse en la selva. Sin embargo, luchar por ese objetivo utópico es el motor que moviliza a los rescatistas.
“Eso no tiene precio. Haber podido llevar a un animal adelante y verlo que vuelve a la naturaleza, eso me parece que es lo más valioso”, destaca Mara Verónica Anfuso, encargada del refugio de animales Güira Oga. Según ella, los argentinos deben aprender a valorar los recursos de su país, a querer y respetar la selva, así como denunciar las actividades ilegales que atenten contra la flora y la fauna.
En los recintos de Güira Oga, que significa “casa de los pájaros” en lengua guaraní, hay varios animales que esperan el momento indicado para recuperar la libertad que les arrebataron. Aunque ya hayan sido rehabilitados, es obligatorio respetar las condiciones del ambiente para que la reinserción sea perfecta y que el ciclo de la naturaleza recobre ese cauce normal que en muchos casos la actitud irresponsable del hombre corrompió.