Aparte de la preocupación por el destino de los civiles de la ciudad, los funcionarios estadounidenses creen que una incursión a gran escala socavaría importantes proyectos para mejorar la seguridad de Israel a largo plazo
La administración del presidente estadounidense Joe Biden está exigiendo explícitamente a Israel que abandone sus planes para llevar a cabo una operación militar a gran escala en la ciudad de Rafa, amenazando con restringir la venta de algunas armas, según sostiene el periodista Thomas Friedman, del New York Times, citando a funcionarios estadounidenses.
En este sentido afirmó que, aunque los dirigentes estadounidenses han dicho en repetidas ocasiones que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) primero deben proporcionar un plan creíble para evacuar a los más de un millón de civiles de la ciudad, en privado los funcionarios se están expresando de forma más enérgica y contundente, exigiendo a Israel que no lance ninguna operación.
“No estamos diciendo a Israel que deje en paz a Hamás. Estamos diciendo que creemos que hay una forma más selectiva de perseguir a los dirigentes, sin arrasar Rafa edificio por edificio”, dijo un funcionario. También recordó que las FDI ya habían destruido la mayor parte de las ciudades de Jan Yunis y de Gaza, pero aun así no habían logrado destruir por completo a los militantes que se escondían allí.
¿Está socavando Israel su propia seguridad?
Así, los funcionarios estadounidenses están convencidos de que si Israel destruye Rafa, como lo hizo con otras ciudades del enclave sin establecer un gobierno palestino fiable, cometerá un error similar al que EE.UU. cometió en Irak y tendrá que hacer frente a una insurgencia permanente en medio de una crisis humanitaria continua. Además, a diferencia de lo que ocurrió con la superpotencia estadounidense, un error de este tipo podría ser fatal para el país hebreo, sobre todo en ausencia de aliados, advierte el periodista.
Aparte de la preocupación por el destino de los civiles de la urbe, EE.UU. cree que una incursión a gran escala en Rafa socavaría las perspectivas de un nuevo intercambio de rehenes, además de poner en peligro importantes proyectos para mejorar la seguridad de Israel a largo plazo. Entre ellos se encuentra la sustitución de las FDI en Gaza por una fuerza árabe combinada de mantenimiento de la paz, que se está debatiendo activamente en la actualidad.
También están en riesgo el acuerdo diplomático y de seguridad entre Israel, Palestina, EE.UU. y Arabia Saudita, así como la construcción de una única arquitectura de seguridad integrada para contrarrestar las amenazas de misiles iraníes, que podría incluir a Israel, EAU, algunos Estados árabes moderados y aliados europeos clave de Estados Unidos.