Usted se atreve a reconciliar a los divididos y quizá, exageradamente dirán al unísono, que la palabra consenso no existe, es impropia, no concuerda con la realidad de la realidad y que es una pérdida de tiempo. La lista es larga y tediosa. A los de esta acera y la otra, enfrentados, les va mejor, por favor revise las declaraciones del hoy, el ayer, y el que dirán y se fatigará al comprobar que es cierto.
Los divididos de siempre, han sacado de su vocabulario la palabra consenso y por ello, esgrimen toda suerte de pretextos y recias banalidades. Y el tiempo apremia, revisa y agobia. Pero quizá, no importa, hay que acomodarse dicen “eternamente” otros. Pero este asunto de marras, no solo está en el tinglado político, también en la economía con sus versiones y acontecimientos fúnebres. Corre “suerte”, en el vecindario con los que trabajan y los desempleados que ya no quieren apostar.
Entre cristianos y católicos, se oye la voz de “los hermanos separados” versus los que saben la verdad y no la predican en sus iglesias. Igual, en la literatura con los “vacas sagradas” y los advenedizos.
En la farándula entre las ” grandes estrellas” y los medio pelo del dizque espectáculo. Hasta el sol de hoy, como repite una amiga, los intentos son válidos acompañados de buenas ideas y no de moralejas falsas.