El mandatario de Nicaragua Daniel Ortega descartó elecciones anticipadas en su país, y afirmó que se quedará hasta 2021.
En una entrevista con la cadena de televisión estadounidense Fox News, Ortega respondió por primera vez sobre las protestas ciudadanas de los últimos meses contra su gobierno.
“Nuestro período electoral finaliza con las elecciones de 2021, cuando tendremos nuestras próximas elecciones”, dijo Ortega. “Adelantar las elecciones crearía inestabilidad, inseguridad y empeoraría las cosas”, puntualizó.
Sobre acusaciones de hostigamientos a sacerdotes Ortega explicó que es falso que su gobierno tenga problemas con la iglesia católica y que “es falso que algún nicaragüense haya muerto en alguna iglesia”.
El líder de 72 años, que ha gobernado Nicaragua durante un total de 22 años desde que la revolución sandinista, que derrocó a Anastasio Somoza, un dictador respaldado por Estados Unidos en 1979, declaró que los disturbios mortales que azotaron a su país desde abril habían terminado.
Ortega rechazó las acusaciones de que controlaba a los paramilitares progubernamentales que han actuado junto a la policía en las protestas.
El presidente nicaragüense además acusó a los grupos políticos de su país, de encabezar milicias antigubernamentales con apoyo del narcotráfico y de Estados Unidos.
El presidente también desestimó las afirmaciones de sus detractores de que estaba decidido a comenzar una dinastía al hacer a su esposa, Rosario Murillo, su vicepresidenta en 2016.
“Nunca se me ocurrió establecer una dinastía”, dijo. “Mi esposa, es la primera vez que ha sido vicepresidenta”.
Ortega habló con Fox News después de años de rechazar entrevistas con medios extranjeros aduciendo “respeto de Estados Unidos a su país”.
“La historia de nuestras relaciones con Estados Unidos ha sido dolorosa. No quiero repetirlo”, indicó Ortega a la cadena de televisión, criticando una resolución contra Nicaragua que legisladores estadounidenses están preparando.
Desde Washington, la crisis en Nicaragua es observada en distintos escenarios. El Senado y la Cámara de Representantes buscan por su parte crear mecanismos legales contra el gobierno del país sudamericano, mientras que la Organización de Estados Americanos (OEA), y el gobierno de Estados Unidos, analizan el impacto de su presión sobre Ortega.