La OMS recomienda el uso de mascarillas a personas que tienen una infección respiratoria porque reducen el riesgo de contagio a otras personas.
Las recomienda también a quienes cuidan de personas con una infección respiratoria.
Pero no las aconseja para llevar por la calle, ni en comercios, ni en lugares de trabajo, incluso en zonas donde hay transmisión comunitaria del coronavirus SARS-CoV-2, como ocurría la semana pasada en España.
Las razones para no recomendar su uso en estos casos son que no han demostrado tener un efecto protector significativo y que hay déficit de mascarillas en centros sanitarios, donde son más necesarias.