LA JORNADA

Encuentro de la vicepresidenta de Maduro y empresarios causa polémica en Venezuela

El presidente de la firma Datanálisis considera que el sector empresarial venezolano muestra acercamiento con el gobierno de Maduro porque es quien mantiene “el control del país”. El analista Pedro Urruchurtu opina que el poder ejecutivo “gana tiempo y legitimidad” de parte de algunos sectores “cómplices”
Personas frente al edificio de la cámara empresarial venezolana durante la inauguración de la asamblea anual de Fedecamaras, en Caracas.

La asistencia de la vicepresidenta del Gobierno de Nicolás Maduro a un acto protocolar de la principal cámara de empresarios de Venezuela despertó la semana pasada una ola de críticas en la oposición, que acusó a los líderes del sector privado de sufrir del “síndrome de Estocolmo”.

Delcy Rodríguez, segunda al mando del poder Ejecutivo de Maduro, acudió sorpresivamente a mediados de la semana pasada a la reunión anual de Fedecámaras, que aglutina a los gremios de 14 sectores privados del país.

Consciente de la atípica asistencia al aforo empresarial, tras años de altercados entre el gobierno y el sector privado venezolano, el presidente saliente de Fedecámaras, Ricardo Cussano, hizo votos por cortar “la tensión” que se palpaba en el evento para lograr un reeencuentro y “construir soluciones”.

Rodríguez, por su parte, dijo haber acudido a la cita “sin miedo” y con la intención de “aportar algo a Venezuela”. Denunció la existencia de “resquicios extremistas” y de “asedio y agresión” desde el extranjero que perjudican la economía local, en referencia a las sanciones económicas contra su gobierno.

La participación de Rodríguez en el evento empresarial levantó una polvareda de mensajes contra la cúpula de Fedecámaras. Desde el mismo acto, el politólogo y expreso político Nicmer Evans dijo estar ejerciendo su “mayor ejercicio de tolerancia” al escuchar in situ los discursos de sus “carceleros”.

En Twitter, políticos y dirigentes sociales opuestos al Gobierno de Maduro criticaban su presencia en el acto. Andrés Velásquez, dirigente del partido La Causa R, tachó de “vergonzoso” que el sector privado se “abrace” con el poder ejecutivo mientras están “arruinados, amenazados y atacados”.

Uno de los líderes nacionales del partido opositor Primero Justicia, Juan Pablo Guanipa, valoró que los empresarios sufrían del “síndrome de Estocolmo”, mientras que Tamara Suju, abogada defensora de derechos humanos, consideró que los empresarios eran “secuestrados” de un “régimen opresor”.

El propio Maduro se refirió públicamente al hecho y confirmó que dio su beneplácito a la asistencia de su vicepresidenta a la reunión de Fedecámaras.

“Yo le dije: ‘me parece muy bien, vamos a asistir, vamos a llevar un mensaje de diálogo, entendimiento, reconciliación, de trabajo productivo por Venezuela’”, expresó el mandatario en un acto televisado, donde también opinó que el discurso de Rodríguez fue “tremendo” y la felicitó entre aplausos.

Interés mutuo

Luis Vicente León, economista y presidente de la firma Datanálisis, considera que Fedecámaras debe garantizar la operación y “subsistencia” de las empresas, así como el abastecimiento de bienes, productos y servicios para el país.

Atribuye la invitación a Rodríguez a que es el Gobierno de Maduro el que tiene “el control del país”. Un sector mayoritario de la oposición venezolana afirma que Juan Guaidó, el último presidente del Parlamento electo en 2015, es el mandatario interino del país por la presunta usurpación del cargo de Maduro.

“Su rol no es político, es empresarial. Es con el Gobierno de Maduro con quien debe negociar cambios y leyes, importaciones, circulaciones [de transporte] e impuestos”, comenta León a la Voz de América.

El Gobierno venezolano, por su parte, ha perdido paulatinamente control sobre la economía y las sanciones de gobiernos extranjeros contra instituciones del Estado hacen que la actividad nacional “sea más privada” que antes, opina.

El producto interior bruto de Venezuela ha caído al menos un 83,5% en los últimos años y su sector petrolero, espina dorsal de su economía, pasó de producir 3,2 millones de barriles al día en 1999 a solo 529.000, el mes pasado.

León señala que la polémica por la asistencia de la vicepresidenta ejecutiva “es política” y resalta que ocurre en momentos cuando está en ciernes un proceso de negociación entre el oficialismo y la oposición con mediación internacional.

“Entiendo que, para Fedecámaras y el sector empresarial en general, es necesario abrirse a tener negociaciones con quien controla el país y que es a él a quien le debe y puede plantear problemas y soluciones. Si el gobierno de Maduro va a responder positivamente a eso, no podemos saberlo aún”, advierte.

¿Complicidad o pragmatismo?

El encuentro entre Rodríguez y Fedecámaras ocurre en momentos semanas luego que Guaidó propusiera un “acuerdo de salvación nacional” que incluye un proceso de negociaciones con voceros de Maduro con mediación extranjera.

Delegados de Fedecámaras fueron los primeros críticos de Maduro en mostrar gestos de acercamientos a su gobierno, a principios de este año. Sus representantes acudieron en enero pasado a una reunión en pro del diálogo con el presidente de la Asamblea Nacional electa en diciembre pasado y hermano de la vicepresidenta del poder ejecutivo venezolano, Jorge Rodríguez.

Para el politólogo y coordinador de asuntos internacionales del partido opositor Vente Venezuela, Pedro Urruchurtu, la invitación a Rodríguez al evento de Fedecámaras es “lamentable” y esconde la intención del oficialismo de “vender la idea de que hay una reapertura económica”.

“Es muy peligroso. El régimen busca dejar a un lado el esquema sancionatorio para usar estos supuestos empresarios para lavarse la cara”, apunta a la VOA.

Descarta que haya frutos positivos del encuentro. “En Venezuela, no hay estado de derecho, libre mercado, no hay instituciones. Es un acomodo de la élite del propio régimen, que se abre para recibir a otros cómplices”, asegura.

Estima que el gobierno de Maduro “gana tiempo y legitimidad” de parte de sectores que, a su entender, se ponen de espaldas al pueblo venezolano.

León, por su lado, considera que ni aquel encuentro de enero, ni la visita de la vicepresidenta al evento empresarial, alteran las demandas de Fedecámaras por un cambio económico y político en el país. “No representa para nada una cesión en ese sentido. Simplemente, siente que las soluciones hay que negociarlas, toda vez que los intentos de hacerlo unilateralmente han sido evidentemente fracasos contundentes que sólo ha empeorado aún más la situación país”, concluye.

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