El experimento invita a pensar en el desarrollo de una bomba muscular artificial más compleja, que pueda proporcionar datos idóneos para estudiar enfermedades cardíacas como la arritmia
En un experimento inédito, un grupo de científicos creó por primera vez un pez biohíbrido, totalmente autónomo, a partir de células musculares cardíacas derivadas de células madre humanas.
Al mover su cola rítmicamente de un lado a otro, este pez artificial se desplaza en una solución de sal y glucosa, utilizando la misma energía que bombea un corazón. Con ese sistema circulatorio miniaturizado, desarrollado por científicos de las universidades de Harvard y Emory (EE.UU.), puede seguir nadando al compás durante más de 100 días. Los resultados de la investigación fueron publicados este jueves en la revista Science.
Para recrear ese movimiento en un pez artificial, los investigadores le colocaron cardiomiocitos (células musculares responsables de las contracciones del corazón) a ambos lados de la aleta caudal. Una contracción en un lado de la cola produce un estiramiento en el otro, y entonces las proteínas mecanosensibles activadas por el estiramiento inician un movimiento constante en un bucle cerrado.
El nodo de estimulación eléctrica autónoma, similar a un marcapasos, mantiene el ritmo necesario para que el pez artificial pueda seguir nadando con el mismo movimiento que un corazón que late.