El Gobierno de Nicaragua intenta “desterrar” el odio y la maldad que vive el país, aseguró la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo.
“Cuando uno lee la Biblia sabe reconocer cómo Dios nos manda a hacer el bien, a vivir con buen corazón y con buena fe, y a desterrar el mal, el odio, la iniquidad”, dijo Murillo a través de medios oficialistas.
La nación enfrenta una crisis sociopolítica que según diversos organismos de Derechos Humanos registra entre 322 y 512 muertos desde el mes de abril, mientras que el Gobierno calcula 199 los fallecidos.
“Y es lo que tratamos de hacer desterrar la infamia, desterrar el odio, desterrar la iniquidad, la maldad, la perversidad, la perturbación, y sembrar y cultivar paz y bien común todos los días”, agregó en su mensaje.
La también primera dama aseguró que su Gobierno quiere paz en Nicaragua, trabajar, vivir y convivir en paz y seguridad, aunque persiste la promoción de odio, disturbios e intranquilidad.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) responsabilizó al Gobierno de Nicaragua por las “más de 300 muertos”, además de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual.
El pasado fin de semana en Managua una de las marchas fue reprimida por parapolicías y policías, donde resultaron seis personas heridas y un joven de 16 años muerto.