Junieth Díaz viajó trasbordando desde Costa Rica para asistir al entierro de su hijo. Apenas llegó a Chinandega, tras 24 horas de viaje por tierra en las que creyó que no volvería a ver el rostro de Marcos Antonio Padilla Díaz, se paró frente su ataúd y acompañó a su hijo hasta el cementerio municipal, relata una crónica de El Nuevo Diario de Managua.
Aumenta presión por tranques
“Pensé que no iba venir a tiempo por los tranques, pero una señora viajaba desde Costa Rica a Chinandega y me dió raid”, comentó la mujer al lado del féretro de su hijo de 18 años.
Marcos Padilla practicaba patinaje y le gustaba enseñar ese deporte a niños de su comunidad, fue alcanzado por una bala mientras protestaba junto a ciudadanos autoconvocados el pasado 6 de junio.
Otra despedida
Dos horas después de sepultar a Marcos Antonio Padilla Díaz, en la iglesia de Guadalupe de Chinandega fue despedido con una misa César Onil López Vega, de 22 años.
Respaldan gestión de obispos
Antes de sepultarlo, su familia denunció que además de proyectiles su cuerpo presentaba lesiones en la espalda, lo cual evidenciaba que habría sido arrastrado en estado agónico.
Fuente: PuroPeriodismo.com