San Petersburg – Alemania frustró ayer domingo el sueño de Chile y se coronó campeón de la Copa Confederaciones de Rusia con un triunfo por 1-0 que consolida el dominio del equipo de Joachim Löw en el fútbol mundial.
Lars Stindl anotó el único gol del partido a los 20 minutos tras un gravísimo error en la salida de Marcelo Díaz y dio así a Alemania uno de los pocos trofeos que faltaban en sus vitrinas llenas de historia.
El conjunto de Löw completó un espectacular torneo y pese a llevar un equipo lleno de jóvenes y debutantes, con apenas tres de los jugadores que se consagraron campeones en Brasil 2014, logró hacerse con el título en la noche blanca de San Petersburgo.
“Estoy tremendamente orgulloso de este equipo, porque al fin y al cabo solo han jugado juntos desde hace tres semanas y media. Por eso se notaba en cada entrenamiento que algo estaba pasando”, señaló Löw.
“Arturo Vidal dijo antes de la final que querían ganar la copa y entonces serían el mejor equipo del mundo. Alemania sigue siendo el mejor equipo del mundo en este momento”, reivindicó el técnico alemán.
Poco antes, la conferencia de prensa de Löw había sido interrumpida por un nutrido grupo de jugadores alemanes que irrumpieron en la sala al grito de “Die Nummer 1 der Welt sind wir” (Somos los número 1 del mundo) y rociaron de champán al entrenador y al arquero Marc-André Ter Stegen, designado Mejor Jugador del Partido.
“Nos lo hemos merecido, jugamos un torneo fantástico en lo ofensivo y en lo defensivo”, dijo el portero del Barcelona. “Queríamos ganar esta copa y nos preparamos bien. Como equipo nos lo hemos merecido, estoy feliz de haber formado parte de este grupo”.
Para la “Generación Dorada” de Chile queda el sabor amargo de no haber podido alzar su tercer trofeo consecutivo tras la Copa América de 2015 y la edición centenario del torneo continental en 2016. Los dirigidos por Juan Antonio Pizzi pagaron muy cara su falta de precisión en la definición ante una Alemania que no perdonó.
El rostro de la derrota fue Díaz, que no pudo contener el llanto frente a los periodistas al hablar de su falla. “Quizás será el peor error que voy a cometer en mi vida de futbolista”, dijo el jugador del Celta de Vigo.
“El error personal ha sido muy grande. Nos ha privado de ganar una nueva copa para Chile. Es lo que es, me toca sufrir en este momento, pero no tengo dudas de que me voy a levantar”.
Antes de ello hubo un encuentro que comenzó de forma muy similar al que protagonizaron en la fase de grupos y que acabaría terminando con un empate 1-1. La única diferencia fue que faltó el gol chileno. Pequeño detalle.
Ultramotivada después de cantar el final del himno a capela y con el apoyo de numerosos chilenos en el Estadio Krestovski, la “Roja” se adueñó del encuentro en el arranque y buscó imponer su mayor experiencia.
Vidal, bien asistido por Charles Aránguiz, lo tuvo con un disparo bien tapado por Ter Stegen. También Eduardo Vargas se topó con el arquero del Barcelona tras rematar desde afuera del área.
La más clara de Chile, sin embargo, estuvo en los pies de Alexis Sánchez. Vidal enganchó y disparó de afuera del área. Ter Stegen dio rebote y el balón quedó servido al goleador histórico de la “Roja”. Pero Alexis, increíblemente, no llegó a conectar de lleno la pelota.
Y el fútbol, impiadoso, castigó a Chile en la siguiente jugada. Díaz cometió un error en la salida y cedió el balón a Timo Werner, que solo tuvo que entregar al medio a Stindl para que el jugador alemán empujara el balón a la red y anotara su tercer tanto del torneo.
Claudio Bravo no podía creer el gol regalado por Chile. El cuadro sudamericano había sido muy superior hasta entonces. Chile sintió el impacto y Alemania, con el marcador a favor, se fue asentando y mostrando cada vez más amenazante. Entonces, Leon Goretzka, en un par de ocasiones, y Julian Draxler tuvieron la posibilidad de ampliar el marcador
Pizzi quitó a Díaz en el arranque del segundo tiempo para poner a Leonardo Valencia, pero Chile seguía sin encontrar la llave del gol, ese tanto que tampoco pudo anotar en las dos finales consecutivas ganadas a Argentina en los penales.
El partido se fue alejando de los arcos y fue subiendo de temperatura. Un encontronazo entre Bravo, Vidal y Joshua Kimmich terminó con los dos compañeros del Bayern Múnich con amarilla. Y poco después el juez debió recurrir al famoso sistema de videoarbitraje en una acción llena de polémica.
Gonzalo Jara dio un claro codazo a Werner. El árbitro serbio Milorad Mazic detuvo la acción y fue personalmente a revisar las imágenes. Sin embargo, solo le sacó una tarjeta amarilla.
Chile presionó desesperado en los minutos finales, pero falló las claras ocasiones de las que dispuso. Vidal, tras rematar por arriba, golpeaba furioso el césped. Los chilenos podrían haber jugado 180 minutos y la pelota no hubiera ingresado al arco de Ter Stegen.
Alemania resistió y finalmente recibió de manos de Diego Maradona y Ronaldo la que tal vez sea la última edición de la Copa Confederaciones. La “Mannschaft”, con equipo A o B, es hoy la medida de todas las cosas en el fútbol.