Colombia se enfrenta a una incertidumbre, ya que, firmando el acuerdo de paz, el presidente del país, Juan Manuel Santos, y el máximo jefe de las FARC, alias ‘Timochenko’, no tenían un ‘plan B’ en caso de rechazo.
Ayer domingo 2 de octubre, el pueblo colombiano ha dicho “No” al acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y las FARC en La Habana con el 50,21% frente al 49,78% de votos en el plebiscito, según el escrutinio dado a conocer por la Registraduría Nacional del Estado Civil. La mayor pregunta que se hacen ahora no solo en Colombia, sino en todo el mundo, es: ¿Qué le espera al país tras esta decisión del pueblo tan inesperada?
El abogado Humberto Vergara Portela, experto en negociación de conflictos, opina que, el rechazo del acuerdo por parte del pueblo hace la situación muy compleja, ya que implica, en principio, la vuelta a la confrontación armada. Por otra parte, Vergara señala que un consenso inicial entre el presidente Santos y las elites del país hubiera evitado que la oposición siguiera rechazando el pacto.
El jefe guerrillero y miembro del secretariado de las FARC, alias ‘Carlos Antonio Lozada’, por su parte, ha asegurado que el resultado no hará a las partes reabrir las negociaciones. “No existe la más mínima posibilidad de que lo acordado en La Habana sea renegociado; lo acordado, acordado está y no existe esa posibilidad”, cita el periódico ‘El Tiempo’ la declaración de Lozada.
Las palabras del jefe guerrillero confirman que desde hoy Colombia se enfrenta a una severa incertidumbre, ya que, firmando el acuerdo de paz, el presidente del país, Juan Manuel Santos, y el máximo jefe de las FARC, alias ‘Timochenko’, no tenían un ‘plan B’ en caso de rechazo popular.
Escenarios posibles
El pasado 29 de agosto el decreto 1386, firmado por el Ministro de Defensa, activó el cese del fuego y hostilidades bilateral y su anulación o modificación está en manos del presidente.
Además, la decisión oficial de las FARC, tomada en la Décima Conferencia de la guerrilla, que se realizó entre el 17 y 23 de septiembre en los Llanos del Yarí, fue abandonar las armas y convertirse en un partido político.
“El Acuerdo Final celebrado en La Habana, Cuba, contiene los mínimos necesarios para dar continuidad por la vía política a nuestras aspiraciones históricas por la transformación del orden social vigente. Por tal razón, hemos decidido surtir todos los aprestamientos necesarios para el tránsito de nuestra estructura político-militar hacia un nuevo partido político cuyo congreso fundacional se llevará a cabo a más tardar en mayo de 2017, si se implementan los acuerdos, tal y como está convenido”, dice el comunicado de la guerrilla.
Sin embargo, a pesar de la firmeza en su futuro político, el director del semanario ‘Voz’, Carlos Lozano, también señala que el “No” generaría una incertidumbre, porque cualquier cosa podría pasar, incluso que la guerrilla vuelva a la guerra aunque ya haya dicho lo contrario”.
La profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana (Bogotá, Colombia), Patricia Muñoz, por su parte, también opina que es más las FARC que el Gobierno, quien va a decidir si volver o no a la confrontación. “En la práctica queda en las manos de las FARC decidir qué hacen si gana el ‘No’, ¿volverán a la clandestinidad? No hay claridad frente al camino a seguir”, dice Muñoz.
¿El pueblo colombiano exige la renegociación?
Mientras tanto, algunos expertos señalan que con el resultado del plebiscito el pueblo colombiano no dijo “No” a la paz en el país, sino al acuerdo firmado, exigiendo su renegociación.
La reapertura del dialogo, por su parte, ayudaría a garantizar la justicia transicional para los miembros de la guerrilla y mejorar su camino político. “Es falso el dilema de que si se vota ‘No’ volverán a la guerra. Al ganar el ‘No’ el Gobierno deberá mantener la negociación, pero hacer cumplir el mandato mayoritario que no respalda el acuerdo al que llegaron con las FARC”, afirma el senador del Centro Democrático, Alfredo Rangel.