Nicaragua evoca la valentía del pueblo de Monimbó al conmemorar ayer lunes el aniversario 40 de la insurrección de esa comunidad indígena en Masaya (oeste) contra el régimen de Anastasio Somoza Debayle (1974-1979).
Los pobladores honraron a héroes y mártires de la gesta heroica librada un 26 de febrero de 1978, en la que murieron jóvenes como Camilo Ortega, Rito Rivera y Arnoldo Quant. En Monimbó surgió la insurrección, con la cual se dio el primer paso de lo que fue la Revolución Popular Sandinista (1979), afirmó la vicealcaldesa de Masaya, Janina Noguera.
Los sueños de aquellos guerrilleros que dieron su vida por una Nicaragua soberana, igualitaria y justa se convirtieron en realidad, pues la nación avanza en ese camino bajo el gobierno sandinista liderado por el presidente Daniel Ortega y la vicemandataria Rosario Murillo, resaltó.
El pueblo de Masaya agradeció vivir en un país sin guerra, unido y libre durante una eucaristía celebrada la víspera.
Junto a la danza folclórica del Toro Venado del Malinche recorrieron las calles de la ciudad y colocaron una ofrenda floral en la casa museo en Los Sabogales, donde se inició la rebelión indígena.
La sublevación de Monimbó es símbolo de la dignidad y la lucha del pueblo nicaragüense.
En ese capítulo de la historia nacional también murieron jóvenes como Manuel de Jesús Ruiz, Francisco López, Julio Madriz, Domingo Ruiz Cajina, Miguel Antonio Vásquez y Domingo Cajina.
En pleno fragor del combate muchos utilizaron las máscaras del tradicional baile de las negras para esconder su identidad.
También construyeron bombas artesanales para el enfrentamiento con los militares.
Ambos elementos se convirtieron en iconos de resistencia nacional e identidad de Monimbó.