Un equipo técnico de la Corte Interamericana de Derechos Humanos llegó el pasado domingo a Managua, Nicaragua. El objetivo del equipo, conformado por cuatro expertos, es reiniciar el diálogo en el país, que se encuentra sumido en una crisis sociopolítica que ha dejado ya más de doscientos muertos.
El grupo, dentro del que están el colombiano Álvaro Botero y la peruana Fiorella Melzi, forma parte del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI), que dará seguimiento al cumplimiento de las recomendaciones y medidas cautelares emitidas por la CIDH.
La primera parada del equipo fue una reunión en la mañana del lunes con la Conferencia Episcopal, cuyos miembros trabajan como mediadores en la Mesa de Diálogo Nacional.
En un comunicado emitido el pasado sábado, en el que convocaron a reanudar la actividad de la mesa el lunes 25, los obispos también insistieron en que el presidente Daniel Ortega acepte su petición de convocar a elecciones anticipadas en marzo del año próximo.
El diálogo había sido suspendido el lunes 18 de junio debido a la falta de cumplimiento de los acuerdos por parte de Ortega; la Conferencia Episcopal pidió como requisitos para reanudarlo la presencia de la CIDH, así como de la de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH) y de la Unión Europea. Representantes de la ACNUDH llegaron al país ayer martes después de que se suspendieran las conversaciones.
La mesa de diálogo tiene como actores a representantes del presidente Daniel Ortega y de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, integrada por empresarios, sociedad civil, estudiantes.
Esta organización espera que la presencia de organismos internacionales lleve al cese de la represión por parte de fuerzas combinadas del gobierno, compuestas por policías, oficiales antimotines, paramilitares y grupos oficialistas. El equipo de la CIDH acompañará también a la Comisión de Verificación y Seguridad de la mesa.