Cientos de miles de manifestantes con camisas blancas, máscaras antigás caseras y banderas sobre los hombros bloquearon las principales avenidas de Venezuela a 50 días del arranque de unas masivas protestas contra el presidente Nicolás Maduro y volvían a enfrentarse el sábado en Caracas con las fuerzas de seguridad.
El ejército cerró los accesos al centro de la ciudad y las autoridades cerraron al menos 10 estaciones del metro, en razón de la manifestación.
En el este de la capital, los manifestantes intentaban marchar hasta la sede del Ministerio del Interior y Justicia en el centro de Caracas, pese al persistente bloqueo que han ejercido en otras movilizaciones los efectivos policiales para evitar su llegada a la sede de los poderes públicos.
En la ciudad de San Cristóbal en el estado Táchira, fronterizo con Colombia, la concentración también fue dispersada por las fuerzas de seguridad y médicos dijeron a Reuters que al menos cuatro personas resultaron heridas.
“Está muy mal que las autoridades estén poniendo a enfrentarse el pueblo contra el pueblo (…) El gobierno invierte más en perdigones y armas que en comida”, dijo a Reuters María Díaz, una abogada de 33 años, cuando protestaba en la ciudad fronteriza.
Esta semana, el Gobierno socialista envió un contingente de 2.000 militares y otros 600 efectivos de operaciones especiales a la entidad fronteriza. La mayor presencia policial no persuade a los manifestantes y la oposición tiene previsto volver a la calle el lunes para seguir presionando por la convocatoria a elecciones generales adelantadas, entre otras demandas.
Los manifestantes reclaman elecciones y culpan al gobierno de Maduro por la inflación de tres dígitos, el auge de la delincuencia y la enorme carestía de alimentos.
La idea era dar la “mayor demostración de fuerza” desde que iniciaron las protestas que exigen elecciones generales para sacar del poder al presidente del país, Nicolás Maduro.
“”No hay tantas balas ni lacrimógenas para frenar la voluntad popular”, dijo en su cuenta de Twitter el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara.
“¡Día 50 de la resistencia! Todos a la calle a demostrar que somos mayoría y no nos rendiremos. ¡Somos millones!”, agregó el parlamentario.
Los adversarios de Maduro confiaban en que esta nueva marcha en la principal autopista de Caracas superara la del 19 de abril, la más multitudinaria de esta oleada que en siete semanas ha dejado 47 muertos, cientos de heridos y unos 2.200 detenidos.
La protesta partió desde cinco puntos del este de Caracas y uno del oeste, para luego hacer una movilización hasta la autopista Francisco Fajardo.
Los opositores denuncian una “salvaje represión” del gobierno, que a su vez los acusa de apelar al “terrorismo” para asestarle un golpe de Estado con financiación de Estados Unidos.
El líder opositor Henrique Capriles confirmó que uno de sus abogados entregó el viernes un informe sobre la crisis al Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, con quien el dirigente no pudo reunirse el jueves en Nueva York porque, aseguró, funcionarios de Migración venezolanos le “anularon” el pasaporte.
Reacción de Maduro
Por su parte, el presidente Nicolás Maduro reaccionó el viernes con dureza contra su par estadounidense Donald Trump, al que señaló de promover una intervención en Venezuela, declaración que se da un día después que Washington sancionara a ocho magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.
Durante una concentración con seguidores a las afueras del palacio de gobierno, Maduro se dirigió a Trump y lo señaló por promover una “intervención imperialista” en Venezuela. “Go home Donald Trump! ¡Fuera Donald Trump de Venezuela!”, dijo el mandatario al endurecer su postura hacia su homólogo estadounidense tras varios meses de mantener un discurso moderado.
En contraparte a la concentración de los opositores, muy cerca del destino final de la movilización opositora, miles de seguidores de Maduro se concentraron frente al Palacio de Miraflores en apoyo al mandatario.