“En un futuro previsible, el curso mismo de los acontecimientos exigirá la reanudación de los contactos sobre cuestiones de estabilidad estratégica”, aseveró el portavoz presidencial ruso.

La elaboración del sistema de defensa antiaérea estadounidense Cúpula de Oro (Golden Dome, en inglés), anunciada por el presidente Donald Trump, es una cuestión de Washington, afirmó el miércoles el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov.
“Este es un asunto soberano de Estados Unidos de América. Si Estados Unidos cree que existe una amenaza de misiles, entonces, por supuesto, desarrollará sistemas de defensa contra misiles. Esto es lo que hacen todos los países que tienen el potencial para hacerlo”, declaró Peskov a periodistas.
Al mismo tiempo, el vocero remarcó que “en un futuro previsible, el curso mismo de los acontecimientos exigirá la reanudación de los contactos sobre cuestiones de estabilidad estratégica”.
“Ahora, cuando el marco jurídico en este ámbito ha sido destruido, el plazo de validez ha expirado o, digamos, una serie de documentos han dejado deliberadamente de ser válidos, esta base debe ser recreada tanto en interés de nuestros dos países como en interés de la seguridad de todo el planeta”, señaló el funcionario.
La jornada anterior, Trump junto con el secretario de Defensa, Pete Hegseth, hicieron el anuncio de un paso adelante en su plan para construir la Cúpula de Oro, a la que calificó de “lo más cercano a la perfección que se puede tener”.
“Hoy me complace anunciar que hemos seleccionado oficialmente una arquitectura para este sistema avanzado que desplegará tecnologías de nueva generación en tierra, mar y espacio, incluidos sensores e interceptores espaciales”, declaró el mandatario.
Dicho proyecto fue estimado en 542.000 millones de dólares por la Oficina de Presupuesto del Congreso, aunque se desconoce cuál sería el coste final. Se espera que la Cúpula de Oro esté lista para 2045 y, según especialistas, es probable que su precio final aumente. A pesar del elevado costo, expertos consideran que, desde el punto de vista técnico y estratégico, es demasiado difícil que funcione.
Previamente, el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, denunciaron que los planes de desarrollar dicho sistema plantean una nueva amenaza para la seguridad internacional y reiteraron la importancia de mantener relaciones constructivas entre los países.