BUENOS AIRES — Con banderas, gorros y camisetas albicelestes, los argentinos llenaron en minutos el centro y otros sitios emblemáticos de Buenos Aires para celebrar su tercer triunfo en un Mundial de fútbol después de 36 años de espera.
En un partido emocionante e intenso disputado en el estadio de Lusail de Qatar ante 88.000 aficionados, Argentina se impuso 4-2 en los penales tras igualar durante el tiempo reglamentario 3-3 con Francia, el anterior campeón.
“¡No lo puedo creer! Fue difícil pero lo logramos, gracias a Messi”, dijo Santiago, un niño de 13 años que con su familia fue a festejar el triunfo junto a una multitud frente a la casa que perteneció al astro Diego Maradona, aún idolatrado por los argentinos, en Buenos Aires.
“Fue un partido increíble, que se sufrió mucho. Este equipo enamoró a la gente como no pasaba hace décadas. Con esfuerzo y trabajo, unió a la gente”, dijo Diego Aburgeily, de 46 años, que entre cantos y banderas festejaba con su familia y amigos en los suburbios de Buenos Aires.
La selección suramericana -que perdió la final del torneo frente a Alemania en 2014- no ganaba un Mundial desde 1986, lo que ha incrementado la algarabía entre los argentinos, acuciados por una prolongada crisis económica que ha empujado a más del 40 % de la población a la pobreza.
“Es una alegría inmensa después de tanta tensión”, dijo a Reuters Nicolás Piry, un abogado de 46 años.
“La armonía del equipo, encolumnado detrás de un líder que sigue al nivel que lo convirtió en el mejor del mundo, y las condiciones de los futbolistas sudamericanos nos llevaron a este merecido éxito. ¡Vamos Argentina!”, añadió.
Los goles de Argentina fueron convertidos por Messi (2) y Ángel Di María, mientras que Kylian Mbappé anotó los tres goles de Francia.
Messi, de 35 años, adelantó que la final frente a Francia será su último partido en mundiales de fútbol.