Los biosólidos son “algo repugnante”, pero también son “un recurso asombroso”, afirmó el director ejecutivo de la empresa de biocombustibles británica Firefly
La empresa de biocombustibles británica Firefly ha anunciado que construirá una planta en Harwich (Reino Unido) para convertir las aguas residuales en combustible de aviación sostenible (CAS), informaron este jueves medios locales.
La compañía, que utilizará biosólidos proporcionados por la empresa de servicios públicos Anglian Water, ha llegado a un acuerdo con la aerolínea de bajo coste húngara Wizz Air para suministrarle hasta 525.000 toneladas de CAS durante 15 años.
El director ejecutivo de Firefly, James Hygate, afirmó que los biosólidos son “algo repugnante”, pero también son “un recurso asombroso”. “Estamos convirtiendo aguas residuales en combustible para aviones. No se me ocurren muchas cosas mejores”, agregó.
La empresa ya está en proceso de obtener la aprobación reglamentaria para que su sistema, que tiene menos emisiones de carbono que el combustible de aviación convencional, pueda utilizarse para abastecer a los aviones, algo que esperan concretar en torno a 2028. Por su parte, Wizz Air espera que para 2030 el 10 % de sus vuelos funcionen con CAS.