Caracas ordenó el despliegue de 4,5 millones de milicianos en todos el país.

El plazo de 36 horas para la supuesta llegada de destructores estadounidenses cerca de las costas venezolanas, según la información de Reuters, se acerca a su fin sin que haya información oficial sobre esa maniobra militar de amplio calado en la región.
El pasado 18 de agosto, la agencia estadounidense publicó que se esperaba que en menos de dos días se instalaran frente a las costas del país suramericano tres destructores clase Arleigh Burke, pertenecientes a la Armada de EE.UU., que estarían guiados por el sistema antimisiles Aegis, creado en ese país.
La razón para este despliegue sería hacer frente a las amenazas de los cárteles latinoamericanos de la droga, según comentó el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio.
“¿Qué implicaciones tiene el despliegue de fuerzas navales en el Caribe contra los cárteles de la droga?”, preguntó un periodista al secretario de Estado, Marco Rubio.
El funcionario estadounidense respondió: “La droga es una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. Obviamente son grupos que están operando con impunidad en aguas internacionales, exportando a Estados Unidos veneno que está matando, que está destruyendo a comunidades”.
.@Southcom: En Panamá, el comandante del Comando Sur, Adm. Alvin Holsey, visitó USS Sampson, reforzando nuestro compromiso a fortalecer las asociaciones y a trabajar con, mediante y junto a nuestros socios en el área del Canal de Panamá y a través de la región. pic.twitter.com/41ouD47K6r
— USA en Español (@USAenEspanol) August 18, 2025
¿Cuáles son los destructores?
Estas fuentes habrían dicho que se trataba de los barcos USS Gravely (DDG-107), que suele desplegarse en el norte del continente y en algunas zonas entre el Atlántico y el mar Caribe, en sitios como Puerto Rico, Bahamas e Islas Vírgenes, donde opera el Comando Norte de EE.UU.
Asimismo, se habló del despliegue del destructor USS Jason Dunham (DDG-109), que según el medio El Colombiano, ha tenido misiones antiterroristas y de seguridad marítima en el Medio Oriente, y del USS Sampson (DDG-102), que ha operado en el Pacífico Oriental.
En las últimas horas, se conoció que el jefe del Comando Sur, Alvin Holsey, luego de estar en Argentina, se trasladó a Panamá. Según difundió el Departamento de Estado en sus redes, estuvo en el país centroamericano para visitar el destructor USS Sampson, con la finalidad de “reforzar” el “compromiso de fortalecer las asociaciones” con sus socios del área del canal de Panamá y la región. La distancia marítima entre el canal panameño y Venezuela es de unos 1.400 km.
La reacción de Caracas
El presidente Nicolás Maduro anunció que esta semana activaría un “plan especial” para que 4,5 millones de milicianos cubrieran “todo el territorio nacional”. “Milicias preparadas, activadas y armadas”, destacó.
Asimismo, rechazó que hubiera un despliegue de militares estadounidenses en el Caribe. “Ningún imperio va a venir a tocar suelo sagrado de Venezuela ni debería tocar suelo sagrado de Suramérica”, manifestó.
“Nuestros mares, nuestros cielos y nuestras tierras las defendemos nosotros, las liberamos nosotros, las vigilamos y las patrullamos nosotros”, añadió.
Algunos analistas venezolanos han calificado el supuesto despliegue militar como una “operación psicológica” con la finalidad de desestabilizar al país y forzar una medida de fuerza debido a que ni el Pentágono ni el Comando Sur “han revelado información concreta”, al respecto.
Las tensiones entre EE.UU. y Venezuela escalaron a principios de agosto, cuando EE.UU. informó que aumentó de 25 a 50 millones de dólares la recompensa por información conducente a la captura de Maduro, al que sindica –sin prueba alguna– de liderar una organización dedicada al narcotráfico y de haber obtenido beneficios económicos de esa actividad ilícita, lo ha sido rechazado por el Gobierno, como por otros países.