
Los que habían dormido menos de lo habitual en las dos semanas previas a la evaluación tuvieron peores resultados cognitivos iniciales.
Personas que padecen insomnio crónico presentan un mayor riesgo de deterioro cognitivo y cambios cerebrales relacionados con enfermedades como la demencia y el alzhéimer, determinó un nuevo estudio publicado en la revista Neurology.
Los investigadores descubrieron que las personas con insomnio crónico —problemas para dormir al menos tres días a la semana durante tres meses o más— tenían un riesgo 40 % mayor de desarrollar deterioro cognitivo leve o demencia que aquellas sin insomnio, lo que equivale a 3,5 años adicionales de envejecimiento.
El estudio no demuestra que el insomnio cause el envejecimiento cerebral, pero sí traza una asociación. Se basó en el análisis de 2.750 adultos mayores cognitivamente sanos con una edad promedio de 70 años, a quienes se monitoreó durante 5,6 años en promedio y un 16 % de los cuales padecían insomnio crónico.
Durante el seguimiento, los investigadores realizaron pruebas anuales de memoria y habilidades de pensamiento, además de estudios de neuroimagen a varios participantes para detectar la posible presencia de hiperintensidades en la sustancia blanca —lesiones vinculadas a la enfermedad de pequeños vasos sanguíneos— y placas de amiloide, una proteína asociada con el alzhéimer.
Las personas con insomnio tendieron a presentar más de estas alteraciones en comparación con quienes no lo sufrían, aunque no todos los casos de insomnio se relacionaban de la misma manera con los riesgos.
Aquellos que habían dormido menos de lo habitual en las dos semanas previas a la evaluación tuvieron peores resultados cognitivos iniciales, equivalentes a ser cuatro años mayores, y mostraron mayor presencia de placas amiloides y hiperintensidades en la sustancia blanca. Por el contrario, quienes dijeron dormir más de lo habitual presentaron menos alteraciones en la sustancia blanca cerebral al inicio del estudio.
Diego Z. Carvalho, de la clínica Mayo de Rochester (Minesota, EE.UU.), quien lideró el estudio, destacó la importancia de tratar el insomnio crónico “no solo para mejorar la calidad del sueño, sino también para proteger potencialmente la salud cerebral a medida que envejecemos”.
“Nuestros resultados también se suman a un creciente conjunto de pruebas de que el sueño no solo tiene que ver con el descanso, sino también con la resiliencia cerebral”, concluyó.