
Foto del Curso de Lengua de Señas Nicaragüense.
BAC inició una nueva edición de su Curso de Lengua de Señas Nicaragüense, como parte de su compromiso por fomentar una cultura inclusiva y accesible dentro de la organización.
Esta iniciativa —que forma parte de su estrategia de sostenibilidad “BAC Sin Barreras”—está dirigida a colaboradores de distintas áreas, con el propósito de brindar herramientas que permitan mejorar la comunicación con personas con discapacidad auditiva, tanto dentro como fuera del entorno laboral.
En esta ocasión, 14 colaboradores participan en el curso, el cual se desarrolla de forma presencial durante dos meses, con un total de 16 horas de formación. A lo largo de este proceso, los participantes aprenden desde el alfabeto y los números, hasta expresiones básicas y vocabulario relacionado con emociones, familia, profesiones, etc.
“Creemos en una banca donde todos cuenten. Esta formación en lengua de señas es una muestra de cómo la inclusión no debe quedarse en el discurso. Estamos creando espacios donde cada colaborador, sin importar su condición, se sienta verdaderamente parte de nuestro equipo”, expresó Alba Aguirre, Subgerente de Comunicación y Sostenibilidad de BAC.
Esta es la octava edición del curso y se enmarca dentro de una serie de acciones que BAC ha venido impulsando en los últimos años para promover la empatía, el respeto y la inclusión plena en su entorno laboral. A la fecha, más de 80 personas colaboradoras han sido capacitadas en lengua de señas, en un esfuerzo por derribar barreras de comunicación y fomentar entornos más equitativos.
Testimonio que inspira
Uno de los testimonios que refleja el impacto de esta iniciativa es el de Osmar Solórzano, Oficial de Recursos Humanos de BAC. “Antes, cuando veía a alguien con discapacidad auditiva, mi comunicación no pasaba de una sonrisa. Ahora puedo conversar, preguntar cómo están o cómo les va en sus estudios. Incluso me he podido comunicar con mi vecina y con jóvenes sordos de mi parroquia, y ver sus rostros de asombro ha sido muy especial”, compartió Osmar.
Además, relató una anécdota que lo marcó profundamente: “Un día llegué a casa de mi vecina, cuya hija es sorda. Le saludé usando lengua de señas y le pedí que avisara a su mamá que estaba ahí. Su reacción fue de sorpresa y alegría. Sentí que logré romper una barrera invisible y generar un momento genuino de conexión”, recordó emocionado.
Inclusión que trasciende el aula
El impacto de este curso va más allá del aprendizaje técnico. Para BAC, representa un paso más en la construcción de una cultura corporativa donde la inclusión, el respeto y la empatía no son solo valores, sino acciones diarias que generan transformación.
Próximamente, la institución planea una edición avanzada del curso dirigida a colaboradores que brindan atención directa a clientes con discapacidad auditiva, como parte de su compromiso de seguir creando una banca verdaderamente inclusiva y sin barreras.