Los humanos necesitaban mejores armas para cazar animales más pequeños y rápidos, lo que les empujó a evolucionar, opinan científicos israelís
Científicos de la Universidad de Tel Aviv descubrieron que la extinción de grandes presas hace unos 400.000 años empujó a los humanos a ser más inteligentes.
En un estudio publicado en la revista Quaternary, los científicos esbozaron una nueva hipótesis según la cual nuestros antepasados del período paleolítico se vieron obligados a mejorar sus armas debido a la extinción de grandes animales y a la necesidad de cazar otros más pequeños y más rápidos.
Según los científicos, hace unos 500.000 años, los humanos utilizaban lanzas de madera como herramienta para cazar grandes animales. Sin embargo, tras la extinción de muchas presas de gran tamaño, los humanos antiguos tuvieron que cazar animales más rápidos y ágiles que resultaban más difíciles de matar, y fue durante este periodo cuando se inventó la lanza con punta de piedra. Después se empezaron a inventar armas de diseño mecánico más precisas, como arcos y puntas de lanza.
“La prevalencia y la disponibilidad de presas animales influyeron profundamente en la cultura y la biología humanas”, explicó el profesor de arqueología prehistórica de la Universidad de Tel Aviv y coautor del estudio, Ran Barkai. El coautor de la investigación también señaló que opina que “cuando sus recursos alimentarios disminuyeron, tuvieron nuevas ideas y utilizaron sus experiencias vitales para idear nuevas formas de ganarse la vida“.