Los ocho pacientes analizados recibieron en su infancia tratamientos con hormonas de crecimiento extraídas de cadáveres
Un reciente estudio sugiere que los síntomas de demencia temprana sufridos por ocho adultos pudieron estar vinculados a un tratamiento médico con hormonas que actualmente está descontinuado, el cual los pacientes recibieron hace décadas, cuando eran niños. Los resultados de la investigación fueron publicados este lunes en la revista Nature Medicine.
Según los científicos, se trataría de los primeros casos conocidos de transmisión médica de alzhéimer en personas vivas. El estudio explica que los síntomas de demencia de aparición temprana en los pacientes son el resultado de la acumulación anormal de la proteína beta amiloide en el cerebro, la cual está estrechamente asociada al alzhéimer.
Hormonas extraídas de cadáveres
Los investigadores examinaron ocho casos de personas con antecedentes de haber sido tratados con hormonas de crecimiento humano. Cinco de los pacientes aún seguían vivos durante el estudio y tenían entre 50 y 60 años, mientras que los tres restantes habían fallecido a los 57, 54 y 47 años.
Cinco de los pacientes presentaban síntomas compatibles con una demencia de aparición temprana desde los 48 y 49 años, mientras que tres de ellos ya habían sido diagnosticados con alzhéimer antes del estudio.
Los pacientes en cuestión presentaron deficiencias en la hormona de crecimiento cuando eran niños, por lo que hicieron parte de las más de 1.800 personas en el Reino Unido que entre 1959 y 1985 recibieron tratamientos con hormonas de crecimiento humano extraídas de la glándula pituitaria de cadáveres. Este procedimiento dejó de practicarse después de que se descubriera que podía transmitir un extraño trastorno cerebral mortal llamado Creutzfeldt-Jakob (ECJ).
El nuevo estudio sugiere que la exposición continua a estos tratamientos también podría transmitir el alzhéimer, de forma similar a como se contagian las enfermedades priónicas, una familia de trastornos neurodegenerativos progresivos poco frecuentes, como la ECJ. Aunque no se trata de una enfermedad priónica, algunas investigaciones sugieren que las dos proteínas características del alzhéimer, la beta amiloide y la tau, se comportan como proteínas priones.
Casos “poco frecuentes”
Tanto los científicos que participaron en la investigación como otros expertos que reaccionaron a la misma aclararon que los resultados se refieren a casos “poco frecuentes”, relacionados con procedimientos obsoletos que ya no se utilizan, y no hay indicios de que el alzhéimer pueda transmitirse por contacto o durante la prestación de cuidados rutinarios actuales.
Los resultados del estudio plantean nuevos interrogantes sobre el alzhéimer y otras enfermedades degenerativas, además de subrayar la necesidad de revisar las medidas para prevenir las transmisiones accidentales a través de otros procedimientos médicos y quirúrgicos.