La desocupada estación espacial china Tiangong-1 entrará en la atmósfera de la Tierra entre enero y marzo de 2018, según ha pronosticado la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
A pesar de que “la mayor parte” de la estructura de esa base orbital “se quemará”, la zona donde caerán los fragmentos que no se destruyan se encuentra entre las latitudes de 43 grados del hemisferio norte y los 43 del sur e “incluye varios países europeos”, reza el comunicado de ese organismo.
La ESA acogerá a un grupo internacional de expertos que seguirá la caída de los fragmentos de la sonda china y tratará de pronosticar con más exatitud en qué lugares se precipitarán.
Al respecto, esa institución europea ha indicado que en la historia cosmonáutica no se ha confirmado ninguna muerte humana a causa de la caída de componentes espaciales.
Tiangong-1 mide 12 metros de largo y 3,3 de diámetro, pesa 8,5 toneladas y media y dejó de funcionar en marzo de 2016, tras vencer su caducidad declarada.
En septiembre de 2011 China lanzó ese artefacto, que empleó para misiones con y sin tripulación y el año siguiente recibió a Liu Yang, la primera taikonauta.
Pekín remplazará esa estación con la Tiangong-2, lanzada en septiembre de 2016, cuya tarea es recibir naves espaciales, además de servir como punto de abastecimiento de combustible y como lugar de estancia de corto y medio plazo para una tripulación.