Cada año, alrededor de ocho personas pierden la vida en las inmediaciones del lago Kivu, entre la República Democrática del Congo y Ruanda, por causa de este fenómeno
Cada año, un fenómeno geológico conocido en la lengua africana suajili como ‘mazuku’, que se traduce al español como ‘viento maligno’, causa aparentemente la muerte repentina de un promedio de ocho personas, la intoxicación de decenas y la pérdida de gran cantidad de ganado en las inmediaciones del lago Kivu, en la frontera entre la República Democrática del Congo y Ruanda.
Este fenómeno, que cada vez afecta a un mayor número de pobladores, es causado por una filtración de dióxido de carbono volcánico a través de grietas y fisuras en el suelo. Al tratarse de un gas más denso que el aire, se acumula en grandes concentraciones en hogares, sótanos y zonas bajas, principalmente durante las noches sin viento.
La exposición a este gas tóxico, que es indetectable para las personas, provoca mareos, náuseas, confusión y debilidad. En algunos casos, cuando la intoxicación es severa, puede causar la pérdida del conocimiento e incluso la muerte.
El crecimiento demográfico en el área afectada, en la que se calcula que habita actualmente alrededor de un millón de personas, ha sido por ello objeto de preocupación. Así, se ha procurado involucrar a los residentes en el monitoreo de cualquier tipo de fractura en el suelo y de signos de actividad volcánica, lo que podría ayudar a reducir los riesgos asociados al ‘viento maligno’.