La líder de la oposición peruana Keiko Fujimori salió de prisión el viernes por la noche después de pasar más de un año en la cárcel por acusaciones de lavado de dinero y recibir contribuciones ilegales de la constructora brasileña Odebrecht.
Keiko fue recibida en el exterior de la cárcel de Chorrillos en Lima por decenas de simpatizantes que portaban banderas partidistas y globos color naranja.
Decenas de policías antidisturbios estuvieron desplegados en el lugar.
El Tribunal Constitucional de Perú aprobó esta semana una solicitud de habeas corpus presentada por Sachi Fujimori, hermana de Keiko, con cuatro votos a favor y tres en contra, por lo que el viernes recuperó la libertad tras 13 meses de arresto. Su salida se demoró cuatro días debido a trámites legales.
La prisión de la líder política era preventiva mientras era investigada por presunto lavado de activos en una trama en la que, de acuerdo con la fiscalía, recibió dinero sucio de Odebrecht para sus campañas presidenciales de 2011 y 2016, en las que fue derrotada.
La investigación continuará tras su liberación.
Keiko de 43 años – e hija del expresidente Alberto Fujimori, quien cumple una condena de 25 años de prisión por delitos de derechos humanos y corrupción – ha negado todas las acusaciones.
Desde 2014, el caso Odebrecht ha estremecido a la elite política y empresarial brasileña y se ha extendido a otros países como Perú.
La liberación de Keiko Fujimori tiene lugar en un momento en que el país se prepara para celebrar elecciones legislativas el 26 de enero.
El presidente Martín Vizcarra disolvió el Congreso en medio de una batalla con los legisladores por su campaña anticorrupción. El partido de Keiko, Fuerza Popular, tenía una mayoría en el Congreso antes de su disolución.