LA JORNADA

“Los hispanos no olvidan”: reclamos en EE.UU. por visita de Trump a México

El cineasta Alejandro González Iñárritu, ganador del Oscar, tachó la invitación del presidente Enrique Peña Nieto a Donald Trump de “traición”.

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La sorpresiva visita que hizo a México el candidato republicano Donald Trump, quien reiteradas ocasiones ha manifestado que construirá un muro entre la frontera Estados Unidos y México, generó una serie de comentarios negativos también entre los mexicanos que viven o trabajan en el otro lado de la frontera.

El cineasta ganador del Oscar, Alejandro González Iñárritu, tildó en una columna publicada en ‘El País’ de “traición” la invitación del presidente mexicano.

“Es avalar y oficializar a quien nos ha insultado, escupido y amenazado por más de un año ante el mundo entero”, escribe el director de películas como ‘Amores Perros’ (2000), ‘Birdman’ (2014) y ‘El renacido’ (2015).

Como él, otros mexicanos en Estados Unidos también mostraron su indignación por la reunión. Consultado por RT, el doctor Dennis Bixler-Márquez, director del programa de Estudios Chicanos de la Universidad de Texas en El Paso, opina: “El electorado hispano aquí no puede olvidar todas las cosas que ha dicho Trump, las medidas que había anunciado para tratar la cuestión de la migración”.

El experto en migración y educación explica que Donal Trump no dio un giro en su discurso: “La gente no puede escuchar las cosas que se han dicho y pretender después que las puede suavizar y conceptualizar”.

La cadena CNN publicó un artículo titulado ‘¿Conseguirá atraer votantes latinos la visita de Trump a México?,’ en el que se asevera que la reunión podría abrir una puerta para atraer voto latino y exponer otras ideas. Sin embargo, pareciera ser que es todo lo contrario.

El periodista de origen hispano, Jorge Ramos, conocido por su oposición al candidato republicano, lanzó un tuit la noche después del regreso de Trump de México, en el que aseveraba que Trump no puede ganar la Presidencia de Estados Unidos sin el voto latino.

Ramos también recalcó que ‘The Wasington Post’ realizó una encuesta los últimos días de agosto en el que el 80% de los hispanos tienen una mala opinión de Trump.

Carlos Marentes, mexicano-estadounidense que integra el Proyecto de los Trabajadores Agrícolas Fronterizos, cuenta a RT que, a su parecer, la jugada de Donald Trump no se dirigía a los votantes latinos ni a los votantes generales, ni muchos menos a México, sino a su electorado base que cree en su discurso antimexicano: un sector que considera supremacista, extremista y racista.

“Fue a demostrar a quienes lo siguen que puede ir a México y refregárselos en su cara”, opina Marentes. “Tenía muy clara la idea de que el objetivo del viaje era promocional, estar frente a las cámaras diciendo: ‘Aquí me encuentro con el reconocimiento del Gobierno mexicano'”, aclara Bixler-Márquez.

En Arizona, el doble discurso

Después de visitar México, Donald Trump viajó a Arizona para realizar una actividad ante miles de simpatizantes. El rotativo ‘The Guardian’ hizo un video comparativo de los dos discursos, el tono cambia, pero el fondo del mensaje se conserva:

También ‘The New York Times’ hizo hincapié en las contradicciones sobre el pago del muro. Trump dijo en México que no se había discutido el tema, pero en Estados Unidos reiteró: “México aún no lo sabe, pero pagará el muro”.

Sin embargo, el doctor David Sarquis, profesor de Relaciones Internacionales en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, reitera que Trump no dijo nada nuevo ni nada con afán reconciliador. “(En Arizona) fue tan ofensivo o más que en ocasiones anteriores. Fue un discurso desconsiderado con la otredad”, sostiene.

Vergüenza

En una columna en ‘The Washington Post’, Ramos calificó a Trump y a Peña como “dos de los políticos menos queridos en México en los dos lados de la frontera”.

Que el Gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto lanzara una invitación que primero respondió Trump, fue considerada por Bixler-Márquez como una “ridiculez”, ya que, opina, se le dio un trato de jefe de Estado, cuando todavía es candidato.

Para el defensor de los derechos de los migrantes, Carlos Marentes, el encuentro fue una “unión de dos desprestigios”.

Marentes sostiene que la postura antimexicana y antiinmigrante de Donald Trump es pública en Estados Unidos ante noticieros y como parte de su campaña, pero es una ofensa que en México haya reiterado la necesidad de un muro.

“Para nosotros es un agravio más de los muchos que tenemos en la lista de parte del Gobierno mexicano. Nos sentimos muy ofendidos”, insiste. “No esperamos que el Gobierno mexicano nos defienda, pero debería haber alguna dosis de dignidad”, reitera Marentes.

“Los mexicanos en Estados Unidos no hemos dado la autoridad a Enrique Peña Nieto para hablar de ellos en relación a Donald Trump”, enfatiza.

El activista destaca que durante un año el Gobierno mexicano no ha lanzado una respuesta contundente al discurso del candidato republicano. Por ello, se sienten desprotegidos y diversas organizaciones de trabajadores migrantes se encuentran debatiendo si votar por Hillary Clinton para frenar las aspiraciones de Trump.

“Nosotros estamos dando una batalla política para combatir esta ola antiinmigrante que ha desatado. Y lo que menos esperábamos era que del Gobierno mexicano hiciera algo totalmente equivocado”, concluye Marentes.

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