Berlín – Varios miles de agricultores y ecologistas marcharon la tarde del sábado pasado por las calles de Berlín para abogar por una agricultura más sostenible y contra la creciente industrialización del sector agrario al celebrarse la feria agraria anual “Semana Verde”.
Decenas de tractores desfilaron por las calles de la capital alemana. Se vieron manifestantes que enarbolaron pancartas con consignas contra del uso del herbicida glifosato y la desaparición de las abejas, entre otras.
Según los organizadores de la protesta, entre los que se encontraban las agrupaciones ecologistas BUND y las misiones de la Iglesia católica Misereor y de la evangélica “Brot für die Welt” (Pan para el Mundo), unas 30.000 personas participaron en la manifestación, incluidos agricultores con 150 tractores.
“La industria agraria y de la alimentación causan problemas locales y globales a los agricultores, al clima, los animales y al medio ambiente”, sostuvo Jochen Fritz, portavoz de las más de 100 agrupaciones que convocaron la protesta.
“La clase política no puede demorar la puesta en marcha de reformas hacia una agricultura más respetuosa del medio ambiente, de los animales y del clima y en la que los agricultores puedan vivir de su trabajo”, agregó.
Los manifestantes demandaron al Gobierno alemán que prohiba el uso del glifosato. En noviembre pasado y desoyendo la postura oficial de Alemania, el ministro de Agricultura, el socialcristiano Christian Schmidt, votó a favor de prorrogar por otros cinco años el uso del glifosato en la Unión Europea. Sin su voto no se hubiese conseguido la mayoría necesaria.
Agricultores y ambientalistas también demandaron reglas justas de mercado. “Hay buenos motivos para cambiar las cosas: la extinción de especies, la contaminación de las aguas subterráneas y las exportaciones baratas a África”, dijo el jefe del grupo parlamentario del Partido Los Verdes, Anton Hofreiter.
Al mismo tiempo, ministros de 69 países reunidos en Berlín abogaron por una cría de ganado de menor impacto ambiental. Se necesita ampliar la producción para alimentar a la creciente población mundial, pero en el mundo globalizado no se deben perder de vista el bienestar del animal ni las consecuencias para el medio ambiente y el clima, advirtió el titular germano de Agricultura.