Con este ataque se calcula en una pérdida de hasta 7 mil millones de dólares américanos en equipos aéreos que pierde Rusia

Este domingo 1 de junio, Ucrania llevó a cabo una operación sin igual, la llaman “Operación Telaraña (Web)”, que estuvo incluido con un ataque coordinado contra varias bases aéreas rusas, algunas ubicadas a miles de kilómetros de la frontera ucraniana, incluso se habla de una a 4 mil kms. Esta operación se distinguió por su innovadora metodología de infiltración, que fue empleada de nuevas tecnologías, capacidad de inteligencia, comunicaciones avanzadas, inteligencia artificial aplicada, adaptación de tecnologías existentes, buen OPSEC, y mucha paciencia.
De acuerdo a las autoridades ucranianas, más de 40 aviones militares, donde se incluyen bombarderos estratégicos y aeronaves de alerta temprana, resultaron seriamente afectados por la operación. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, declaró que se desplegaron un total de 117 drones en la operación. El ataque ha sido tildado como un “golpe importante” para los servicios de inteligencia rusos y desafía la percepción de seguridad en el interior de Rusia. La operación, si se confirma la magnitud de los daños, sería un “gran bochorno” para las agencias militares y de inteligencia de Rusia.

La capacidad de Rusia para la restauración de estas aeronaves, especialmente los modelos Tu-95, Tu-22 y Tu-160, que ya no se producen, quedaría extremadamente difícil. A pesar que Rusia confirmó los ataques y los daños en varias regiones, la magnitud exacta de las pérdidas no ha sido verificada de manera independiente.
Dicha operación representa un hito en la evolución de la guerra con drones, demostrando la capacidad de Ucrania para proyectar poder de manera asimétrica y el creciente papel de la IA en operaciones militares. Las implicaciones estratégicas y tácticas son profundas, desafiando las defensas aéreas tradicionales rusas, alterando la percepción de seguridad en el interior de Rusia y sentando un precedente para el futuro de la guerra de alta tecnología.

Los drones ucranianos a su vez tuvieron como objetivo aeródromos militares de por lo menos cinco regiones rusas distintas: Múrmansk, Irkutsk, Ivánovo, Riazán y Amur. Entre las bases aéreas específicas identificadas como objetivos se encuentran la Base Aérea de Olenya en Múrmansk (1.800-2.000 km de Ucrania), y la Base Aérea de Belaya en Irkutsk (4.200-6.000 km de Ucrania).
El ataque a Irkutsk fue sobretdo notable considerando la enorme distancia a la que se encuentra de Ucrania. Tal es su particularidad que el gobernador local, Igor Kobzev, confirmó que era la primera vez que se avistaba un dron ucraniano en la región. Cabe destacar que algunas fuentes mencionan un posible ataque a la “sede de la Flota del Norte de Rusia, hogar de submarinos nucleares” en el Mar del Norte, sin embargo, no contamos con suficiente evidencia verificable como para aseverar el hecho como confirmado.

Los mismos drones fueron gabricados dentro de Rusia
La operación fue el resultado de gran planificación meticulosa que se llevó más de un año y medio. En primera instancia cabe señalar el rol central de los servicios de inteligencia para lograr el contrabando encubierto de los drones a gran profundidad en el territorio ruso. Fuentes rusas indicaron que la geolocalización muestra que los drones FPV ucranianos empleados en los ataques a las bases aéreas fueron ensamblados en el interior de un almacén alquilado en 28A Sverdlovsky Trakt, Chelyabinsk, Rusia.

La instalación reclamada se encuentra justo cerca de la frontera con Kazajistán, posiblemente una ruta de suministro para componentes. Los drones fueron escondidos dentro de contenedores improvisados equipados con techos retráctiles, que luego fueron transportados en camiones.

Al llegar a las cercanías de las bases aéreas objetivo, los techos se abrieron de forma remota, permitiendo que los drones fueran lanzados para ataques repentinos desde corta distancia. Este método facilitó los ataques diurnos, tomando por sorpresa a las fuerzas rusas. Evidencia visual de redes sociales y material de archivo publicado por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) mostró drones ascendiendo desde el interior de contenedores y, en algunos casos, personal ruso intentando detenerlos. Notable también que posterior al despliegue de los drones ocurrió la destrucción de los lanzadores, lo que probablemente tenga que ver con un mecanismo de autodestrucción para entorpecer la investigación, así como la emulación de la tecnología empleada por Ucrania.
Contamos la ‘Operación Telaraña’: así coló Ucrania sus drones en camiones para hacerlos volar contra bombarderos en bases rusas. La Inteligencia ucraniana localizó y atacó cerca de 40 aviones rusos tras más de 18 meses de preparación. https://t.co/IVN9UfAiZz pic.twitter.com/bkPHXTy2j1
— Xavier Colás (@xaviercolas) June 1, 2025