El cambio climático afectará a animales que dependen del hielo para sobrevivir, como los osos polares y las focas, mientras que peces no nativos podrían migrar a la región con el calentamiento de sus aguas
La región más septentrional del mundo, el Ártico, un ecosistema caracterizado por áreas de nieve y hielo permanentes, podría quedarse sin hielo marino en los próximos diez años si la Tierra continúa enfrentándose a niveles dañinos de emisiones, alerta un nuevo estudio de la Universidad de Colorado Boulder (EE.UU.).
Los investigadores determinaron que la capa de hielo se derrite cada vez más en los meses de verano y no compensa las pérdidas en invierno.
El primer día “sin hielo” en el Ártico podría ocurrir más de diez años antes de lo que apuntaban proyecciones anteriores. Los investigadores de la universidad estadounidense predicen que el primer día sin hielo tendrá lugar a finales de agosto o principios de septiembre “entre las décadas de 2020 y 2030”.
Para los científicos, un día “sin hielo” no significa que no haya absolutamente nada de hielo en el agua, sin que su cantidad se sitúa por debajo de un umbral determinado.
Asimismo, a mediados de siglo, es probable que el Ártico pase un mes entero sin hielo flotante en septiembre, concluye el estudio, publicado en la revista Nature Reviews Earth & Environment.
Los científicos consideran que el océano Ártico está libre de hielo cuando tiene menos de 1 millón de kilómetros cuadrados de hielo. Esa cifra representa menos del 20 % de la capa de hielo mínima de la región en la década de 1980.
La contracción de la superficie marina cubierta por el hielo se debe a los gases de efecto invernadero, explica la investigadora Alexandra Jahn, una de los autores del estudio, citada por Phys.org.
La pérdida de hielo marino puede alterar el ecosistema ártico de varias maneras, advierte el estudio. Así, animales como los osos polares y las focas serían algunos de los más afectados, ya que dependen del hielo para sobrevivir. Además, aguas más cálidas en la región atraerían a especies de peces invasoras, con el consiguiente impacto en la vida marina del Ártico.
El calentamiento del agua también podría representar una amenaza para las comunidades humanas que viven cerca de la regiones costeras: a medida que el hielo se derrita y las olas del océano crezcan, las costas podrían sufrir una peligrosa erosión.