Ayer martes, Caracas fue un hervidero. Desde tempranas horas de la mañana, las estaciones de Metro cerradas advertían que la jornada sería complicada.
El chavismo, como es usual, convocó una movilización en el oeste de la ciudad, esta vez en defensa de la soberanía nacional y en repudio a las acciones injerencistas de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra Venezuela.
En paralelo, la oposición se concentró en el este para “exigir” la remoción de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y en respaldo a la resolución aprobada el lunes por la OEA contra el gobierno de Maduro, en una controvertida sesión calificada de “golpe institucional” por la delegación de Bolivia, que desde el sábado pasado detenta la presidencia del Consejo Permanente del ente hemisférico.
Dos ciudades
Mientras cientos de militantes del chavismo llenaron las calles en el oeste de la ciudad con música, pancartas y consignas, desde la Plaza Morelos, en Bellas Artes, hasta la esquina San Jacinto de la avenida Universidad; la oposición se concentró en la avenida Libertador y las adyacencias de Plaza Venezuela, a escasas cuadras de la movilización pro-gubernamental.
Por esa razón, varios piquetes de la Guardia Nacional y de la Policía bloquearon el paso en las principales avenidas hacia el centro de Caracas. Una gandola de Petróleos de Venezuela zanjó el flujo vehicular en la autopistas y varias tanquetas se ubicaron en puntos estratégicos de la ciudad con el propósito de impedir que ambas manifestaciones se encontraran.
Pasado el mediodía, la tensión entre los simpatizantes de la oposición y las autoridades aumentó con enfrentamientos callejeros. Los manifestantes de derecha quemaron basura, hicieron barricadas y hasta desarmaron a varios agentes de la Guardia Nacional. Hasta ahora, se desconoce el saldo total de heridos.
Las escaramuzas se mantuvieron por poco tiempo en la Avenida Libertador. A las 2:00 de la tarde, efectivos militares restituyeron el paso vehicular tras dispersar a los manifestantes con agua y bombas lacrimógenas. En redes sociales, no obstante, simpatizantes opositores denunciaban que continuaban los enfrentamientos en las zonas aledañas.
Llamados a la violencia
Dirigentes del chavismo como el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello, alertaron que el propósito de la oposición era generar violencia: “lean las declaraciones del señor Oscar Arias, que dice que en Venezuela tiene que ocurrir algo en 36 horas para que cambie todo”.
Usuarios de las redes sociales reportaron enfrentamientos entre la policía y los manifestantes opositores en la autopista, quienes tomaron la principal arteria vial de la ciudad sin permiso, lo que generó la respuesta de las autoridades para replegar al pequeño grupo que se concentró en la zona. Entre los heridos reportados, siete son funcionarios de la Policía Nacional.
Según el alcalde de Chacao, el opositor Ramón Muchacho, a los centros de atención de salud de su municipio llegaron nueve manifestantes con contusiones y, uno de ellos, recibió un impacto de bala en una pierna.
En el centro de la ciudad, la concentración chavista transcurrió sin incidentes. Pasadas las 5:00 de la tarde, la situación era de total normalidad en las adyacencias de la avenida Urdaneta y Universidad, cercanas a las sedes del Poder Público.
El mandatario venezolano, por su parte, se encuentra en el estado Apure, en el sur del país, en una actividad presidencial junto a movimientos sociales: “En Venezuela ha triunfado la paz otra vez, con el pueblo, en unión civico-militar”, dijo.