El Parlamento de Austria adoptó ayer jueves una ley para expropiar la casa natal de Hitler, comenzando así la posibilidad de una enorme modificación arquitectónica del edificio, que atrae con frecuencia marchas de los neonazis.
La ley, aprobada casi por unanimidad, termina con un largo conflicto entre el Estado y la familia dueña de este edificio del siglo XVII, ubicado en el centro de Braunau-am-Inn, en la frontera con Alemania.
El Estado rentaba la casa desde 1972 para poder controlar su uso. Durante años albergó un centro para minusválidos, uno de los grupos que fueron víctimas de los nazis.