Según un nuevo estudio, 8.390 veteranos diagnosticados con demencia, de un total de 175.000, estarían sufriendo esta enfermedad
Un grupo de médicos de instituciones científicas de EE.UU. descubrió que alrededor del 10 % de los veteranos militares del país diagnosticados con demencia podrían estar padeciendo un deterioro cognitivo causado por una afección hepática silenciosa, informó este jueves el portal The Conversation.
La encefalopatía hepática (EH) se caracteriza por la pérdida de la función cerebral en personas que sufren una enfermedad crónica en el hígado. Este deterioro se produce cuando el hígado pierde su capacidad de eliminar toxinas en la sangre, las cuales terminarán llegando al cerebro e interfiriendo en su funcionamiento.
De acuerdo con la organización British Liver Trust, la EH es una de las principales complicaciones de la cirrosis. El profesor Ashwin Dhanda, de la Universidad de Plymouth (Reino Unido), explicó que la EH es sencilla de detectar y de tratar en caso de que al paciente se le haya diagnosticado cirrosis.
No obstante, Dhanda mencionó que la cirrosis puede ser una afección silenciosa en etapas muy avanzadas, cuando el hígado empieza a fallar. Los síntomas de la EH suelen ser parecidos a los ocasionados por la demencia (cambios de humor, confusión y pérdida de memoria). Sin embargo, a diferencia de la demencia, que es ocasionada por el daño prolongado de la función cerebral debido a la reducción del suministro de la sangre en el cerebro, la EH puede ser reversible si se trata a tiempo.
Posible cirrosis en lugar de demencia
Un nuevo estudio, recientemente publicado en la revista JAMA Network Open, reportó que 18.390 veteranos diagnosticados con demencia, de un total de 175.000, estarían sufriendo una enfermedad hepática no detectada que contribuye a la aparición de los síntomas característicos de la EH.
Los científicos llegaron a esta conclusión después de determinar posibles daños hepáticos mediante una puntuación basada en los resultados de sangre del hígado y la edad, conocida como FIB-4. Según los autores de la investigación, las personas con riesgo de enfermedad hepática tuvieron una puntuación FIB-4 superior al aceptado. Por otro lado, los participantes con bajas puntuaciones FIB padecían diabetes, presión alta y enfermedades renales, afecciones relacionadas con la demencia.
“El uso rutinario del índice FIB-4 para evaluar la demencia podría ayudar a un número significativo de pacientes, familias y médicos al brindar una oportunidad de tratar y potencialmente revertir el deterioro cognitivo provocado por la enfermedad hepática”, señaló el médico Jasmohan Bajaj, autor principal del estudio.
No obstante, Bajaj está de acuerdo con que la puntuación FIB-4 es más un sistema de alerta que un diagnóstico. “Incluso si el 100 % de ellos tuviera cirrosis, eso no significa que el 100 % de ellos tuviera [EH]”, indicó Bajaj, quien ha recalcado que su prueba podría mostrar indicios de que es posible sufrir este deterioro cognitivo a causa de la cirrosis.