El arsenal nuclear localizado en la base aérea de Incirlik de la OTAN corre serios riesgos de caer en manos de los terroristas, revela un informe independiente elaborado en EE.UU.
La presencia de aproximadamente 50 ojivas y bombas nucleares de EE.UU. en la base aérea de Incirlik, en el este de Turquía, implica el grave riesgo de que caigan en manos de “terroristas u otras fuerzas hostiles”, revela un informe elaborado por el Centro Stimson, una fundación no gubernamental estadounidense especializada en temas de seguridad.
Una de las autoras del informe, Laicie Heeley, compara la presencia de las armas nucleares en territorio turco “lanzar los dados”. Heeley destacó la ubicación de la base aérea de la Alianza Atlántica a solo 113 kilómetros de la frontera con Siria y agregó: “Estas armas tienen una utilidad nula en el campo de batalla europeo y en la actualidad son más bien un pasivo que un activo para nuestros aliados de la OTAN”.
Los autores recomiendan al Gobierno de EE.UU. retirar con urgencia todas las bombas B61 de Europa, y no solo de Turquía. Además, aconsejan cancelar la compra de esta clase de armas: una medida que permitiría ahorrar más de 6.000 millones de dólares. “Estas bombas están mal adaptadas para una guerra moderna y son increíblemente caras”, afirma el documento.
El informe ha sido publicado semanas después del golpe de Estado fallido en Turquía, que buscaba derrocar al presidente Recep Tayyip Erdogan e instaurar una junta militar a la cabeza del Gobierno. El pronunciamiento militar fue aplastado por las autoridades y las fuerzas leales al mandatario y la Constitución.
Un comunicado oficial del Ejército de Turquía posterior a aquella asonada estimó en 8.651 (un 1,5% del total de militares) el número de “terroristas con uniforme” alistados en sus propias filas. Según los cálculos disponibles, los golpistas pudieron acceder a aproximadamente el 7% del número total de los aviones y al 8% de los helicópteros de las Fuerzas Armadas.