Los militares norcoreanos percibieron como un desafío el anuncio sobre el próximo despliegue del sistema de misiles THAAD (Defensa Terminal de Área a Gran Altitud por sus siglas en inglés) en el sur de la península coreana. Según avisa un comunicado norcoreano, que cita la agencia Reuters, prometen poner en marcha su respuesta cuando esté claro dónde y cuándo se instalarán los componentes del nuevo sistema tierra-aire.
“Habrá medidas de respuesta físicas por nuestra parte tan pronto como se conozca la ubicación y el plazo en que traerán a Corea del Sur el THAAD, esa herramienta de invasión en busca de la supremacía mundial estadounidense”, reza el comunicado. Además, afirma: “Es la firme voluntad de nuestro Ejército librar una batalla vengativa despiadada y reducir [el Sur] a un mar de fuego y un montón de cenizas en el momento en que tengamos la orden para realizarlo”.
El sistema antibalístico fue diseñado en Estados Unidos para derribar los misiles de corto y medio alcance en su fase final, por medio de impacto directo. Las autoridades de Corea del Sur y Estados Unidos anunciaron el pasado viernes que desplegarán el THAAD y prometieron hacerlo “tan pronto como sea posible”. La medida busca reforzar el arsenal de Seúl en medio de las crecientes amenazas nucleares por parte de Corea del Norte.
“Corea del Sur y EE.UU. han tomado la decisión conjunta de implementar el sistema THAAD como parte de una acción defensiva para garantizar la seguridad de la República de Corea y a nuestra población de las armas nucleares de Corea del Norte, las armas de destrucción masiva y amenazas de misiles balísticas”, se anunció en el comunicado del Ministerio de Defensa Nacional de Corea del Sur. Se espera que el sistema entre en funcionamientoa finales de 2017.
Tanto Rusia como China se oponen a la instalación de un sistema de defensa antimisiles de EE.UU. en la península con el pretexto de las pruebas nucleares llevadas a cabo por Pionyang. El canciller chino, Wang Yi, advirtió hace meses que el sistema de defensa antimisiles estadounidense puede amenazar la seguridad de Pekín y ser dirigido contra su país. En opinión de Moscú, la instalación del THAAD “cualesquiera sean los argumentos, afectaría de la pésima manera la estabilidad global estratégica”.