El CEO de la empresa advierte de que la industria automovilística europea se encuentra en una “situación muy grave”.
El fabricante de automóviles Volkswagen está considerando la posibilidad de efectuar despidos masivos y cerrar fábricas en Alemania por primera vez en sus 87 años de historia, ante un serio riesgo de entrar en déficit, según informó el diario Financial Times.
La directora del Comité de Empresa del Grupo Volkswagen, Daniela Cavallo, emitió este lunes una carta a los empleados en la que advertía de que la marca insignia de la empresa amenaza con dejar de ser rentable, por lo que tiene previsto cerrar al menos una gran fábrica de automóviles y otra de componentes en Alemania.
“Como resultado, el Consejo Ejecutivo está cuestionando las plantas alemanas, los acuerdos salariales colectivos internos de Volkswagen y el programa de seguridad laboral hasta finales de 2029”, indicó.
Sin embargo, Cavallo, que también representa los intereses de los trabajadores a nivel del Consejo de Supervisión, aseguró que los planes de los ejecutivos de la compañía se enfrentarían a una feroz resistencia. “Conmigo no habrá cierres de plantas”, dijo a los empleados.
“Situación muy grave” en el mercado europeo
De acuerdo con el director ejecutivo de la empresa, Oliver Blume, la decisión se produce después de que un ambicioso programa de ahorro puesto en marcha el año pasado no haya conseguido alcanzar los miles de millones de euros previstos, pues la empresa solo ha podido recortar gastos ofreciendo a sus empleados jubilaciones anticipadas y bajas voluntarias.
“El entorno económico se ha endurecido aún más, y nuevos competidores están entrando en el mercado europeo. En este entorno, como empresa debemos actuar ahora con decisión”, indicó Blume, advirtiendo de que la industria automovilística europea se encuentra en una “situación muy grave”.
Según recoge Bloomberg, Volkswagen emplea a unas 650.000 personas en todo el mundo, casi 300.000 de ellas en Alemania. La mitad de los puestos del Consejo de Supervisión de la empresa están ocupados por representantes sindicales, y el estado alemán de Baja Sajonia, que posee el 20 % de las acciones, suele ponerse del lado de las organizaciones sindicales.