Ningún partido debería hacer campaña política desde ayer jueves, según la Ley electoral.
Comenzó ayer jueves 3 de noviembre el silencio electoral en Nicaragua, que viene a ser un tipo de descanso publicitario a los ciudadanos, para decidir por quién votar para presidente, vicepresidente, diputados nacionales y los del Parlamento Centroamericano (Parlacen).
El período de “silencio electoral” corresponde a 72 horas seguidas previo al día de las elecciones presidenciales, en donde finalizan los eventos de campaña, actos partidarios, mítines políticos, pegado de publicidad política en las calles, entre otras prácticas de promoción electoral.
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A este momento el Consejo Supremo Electoral (CSE) no ha entregado las credenciales a los periodistas independientes para cubrir las elecciones del 6 de noviembre, y ni el mismo presidente magistrado de esa institución, Roberto Rivas, a pesar de haberse comprometido a ello, no lo hizo, pues sólo los progobierno lograron tenerla.
Entre los sandinistas existe un ánimo triunfalista bastante grande, entre los opositores los ánimos no están tan así. Dos candidatos a diputado han renunciado durante esta semana.
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Por parte del Partido Liberal Independiente (PLI) renunció Cristiana Rodríguez de Caracazo y por el Partido Conservador (PC) lo hizo igual su candidato por Chinandega, Ariel Francisco Tábora Ríos. Ambos se sintieron excluidos, a pesar de ser candidatos en la campaña, tanto por las autoridades electorales y por sus mismos partidos.
Ya el domingo 6 de noviembre serán las elecciones presidenciales, criticadas por unos y respaldadas por otros.