Por José Carlos García Fajardo
Reacción fuerte y documentada de las Organizaciones sociales de ayuda a países empobrecidos a los datos de Ayuda al Desarrollo de la OCDE. España, el año pasado “aumentó” su Ayuda Oficial al Desarrollo -AOD- sobre todo por condonar deuda a Cuba y no por un aumento de las partidas contra la pobreza y la desigualdad. Una dimensión más política que de justicia social para los más desfavorecidos. Ojo con el concepto de “desarrollo” como tanto se esforzó en explicar el Maestro Raimon Panikkar: ¿qué estaba enrollado para que haya que des-arrollarlo, sviluppare, développer?
La AOD global creció casi en un 9%, incluyendo los recursos para la acogida de refugiados. Así lo expresa José María Vera, director general de Oxfam Intermón:
La Ayuda Oficial al Desarrollo española se ha incrementado en 2016, hasta alcanzar los 4.096 millones de dólares frente a los 1.397 millones de dólares de 2015, año en el que la AOD tocó fondo con un descenso del 73,5% desde 2008 hasta 2015.
Esta subida se debe a esta condonación de deuda y no a partidas que luchen directamente contra la pobreza y la desigualdad. No se han incrementado en 2016 ni el presupuesto ejecutado de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo –AECID– ni el de ayuda humanitaria. En el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2017, la AECID apenas cuenta con unos 284 millones, cantidad ridícula y similar a la de años anteriores. Es desleal y vergonzoso que el Gobierno intente engañar a la opinión pública que, en general, se fija en titulares, grandes frases, y en conclusiones que son torticeras pero que la opinión pública, en el tráfago de noticias sesgadas que padecemos, muchas veces no sería capaz de percibir si no fuera por la atenta mirada y análisis de organizaciones sociales tan admirables como Oxfam Intermón.
En España, los costes destinados a atender a refugiados dentro de nuestras fronteras, apenas supusieron el 0,8% de la AOD, lejos del 2,3% de 2015. El registro queda más lejos si lo comparamos con la media de los donantes de la OCDE que se sitúa en un 10,8% en 2016. Este porcentaje se explica por el incumplimiento por el Gobierno español de sus compromisos ante la crisis global de refugiados, con más de 65 millones de personas desplazadas, ya que apenas ha cumplido con un 7,1% de su compromiso de acogida. Es necesario denunciar campañas sectarias y falces de un Gobierno que debe cumplir sus compromisos de reasentamiento y reubicación de refugiados y aumentar su cuota. Además, debe excluir del cómputo total de la AOD los gastos domésticos de acogida, ya que la ayuda debe dedicarse a la lucha contra la pobreza y la desigualdad en los países empobrecidos.
Algunos países donantes destinan “la ayuda” para compensar a terceros países para que endurezcan sus controles fronterizos. Esto es torticero porque estamos tratando de la Ayuda Oficial al Desarrollo, y no de actividades compensatorias, en gran parte, por la política de colonización, invasión, saqueo en materias primas y en mano de obra de muchos de esos países en donde siguen los enriquecidos del Norte sociológico financiando y participando en bombardeos a poblaciones civiles indefensas. Tenemos pruebas de esto y del cinismo de dirigentes políticos que hacen alarde de ello. “América first” y así sucesivamente.
Oxfam Intermón denuncia que los países ricos están confundiendo con estos datos a la opinión pública. Disfrazan de ‘ayuda’ el dinero que invierten en gestionar solicitudes de asilo o compensar a otros países para limitar la migración. Todos los países están obligados a atender según la legislación internacional a los refugiados que llegan a sus fronteras, pero deben dejar de contabilizarlo como ‘ayuda’, pues ésta sólo es para combatir la pobreza e impulsar el desarrollo en esos países empobrecidos.
La mayoría de los países enriquecidos aún no ha cumplido el compromiso que asumieron de destinar el 0,7% de sus ingresos a esa ayuda. Tan sólo seis de los 29 Estados miembro de la OECD (Noruega, Luxemburgo, Suecia, Dinamarca, Reino Unido y Alemania) han cumplido esta promesa.
Desde 2015 la ayuda a los países más pobres ha disminuido en casi un 4% de media y en un 0,7% en África subsahariana, donde 20 millones de personas sufren grave inseguridad alimentaria. Hoy, 767 millones de personas viven en la extrema pobreza mientras los efectos del cambio climático causan estragos en todo el mundo. Y, aún así los países ricos han dedicado de media tan sólo el 0,3% de sus ingresos a ayuda exterior. La ayuda al desarrollo es clave para construir un mundo más seguro, más justo y más solidario para todas las personas. Escatimar en esto no beneficia a nadie y nos aboca al caos y destrucción del medio ambiente con la más letal bomba de destrucción masiva: la explosión demográfica.