A la pena máxima de 30 años sería condenado Pablo Enrique Gómez de 23 años, que tiene el sobrenombre de “El Zurdo”.
El caso de la universitaria asesinada en un cañaveral de Villa El Carmen, de nombre Anielka Espinoza Escobar, el pasado 6 de julio, se ha vuelto un escándalo mayor, tras la aceptación ante juez de Pablo Enrique Gómez, de 23 años, alias El Zurdo, de haberla asesinado, violado y después robado.
“Sí admito los hechos”, dijo Gómez frente al judicial Edén Aguilar, titular del Juzgado Tercero especializado en Violencia de Managua, quien dio comienzo al juicio ayer martes contra el ahora asesino confeso, que le quitó la vida a la joven de apenas 20 años de edad.
“La pena que le vayan a imponer no va a traer de vuelta a mi hija. Si hubiera una pena máxima, más de 30 años en casos como estos de crímenes atroces, creo que ya debería ser hora que la apliquen, porque dejan a una familia con todo el dolor y que nada, nada le va a devolver al familiar”, dijo con ojos llorosos María José Escobar, madre de Anielka.
El horrendo crimen ha provocado convulsión en Villa El Carmen, y también a los habitantes del país, esto debido al ejemplo de esfuerzo de superación de Espinoza Escobar, quien además de estudiar, se ganaba el sustento diario manejando una motoneta.
“Esto ha cambiado mucho mi vida, todos los días lloro a mi hija y le pregunto a Dios y al destino: ¿por qué se atravesó este hombre (Gómez) en la vida de mi hija? Le truncó sus sueños y no entiendo por qué él, si no la conocía, le hizo tanto daño, por qué tanta saña, quisiera entenderlo, tal vez algún día”, dijo la mamá de la víctima.
Por su parte la fiscal Eira Jirón solicita 49 años de cárcel ante el juez explicando que en el delito hay dos situaciones, la primera es la de matar a una persona salvajemente, sin sentimientos y brutalmente, y la otra de realizar un crimen a una joven indenfesa.
En cuanto a la defensora del asesino confeso, Adriana Obando, pidió la pena mínima para cada uno de los delitos que se le atribyen para que sumen un total de 36 años de cárcel. Se destaca que la pena máxima de prisión en Nicaragua es de 30 años para crímenes tan fuertes como este caso.