Washington – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantiene hoy la acusación de que su antecesor, Barack Obama, ordenó colocarle escuchas telefónicas durante la campaña electoral de 2016.
Así lo confirmó esta tarde el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, luego de que en una audiencia pública en la Cámara de Representantes el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) dijeran no poseer pruebas que sustenten el criterio del mandatario.
De acuerdo con el vocero, el jefe de Estado no planea retirar la acusación debido a que la audiencia en el Comité de Inteligencia de la Cámara todavía estaba en curso y a que en otros grupos del Congreso se realizarán procedimientos similares próximamente.
Además, apuntó que aún no se ha revelado toda la información sobre la vigilancia gubernamental a la campaña Trump.
Esta mañana el director del FBI, James Comey, aseguró no tener evidencia para apoyar los tuits escritos a principios de este mes por el mandatario, quien dijo que acababa de conocer sobre la colocación de escuchas en la Torre Trump de Nueva York antes de las elecciones de 2016.
De acuerdo con Comey, ningún individuo en Estados Unidos puede ordenar la vigilancia electrónica de nadie, pues para ello debe pasar por un proceso de solicitud.
Por su parte, el titular de la NSA Mike Rogers negó que algún norteamericano haya pedido al Reino Unido u otro aliado intervenir los teléfonos de Trump.
Tal declaración está relacionada con que la semana pasada Spicer aludió a un comentarista de la cadena Fox News, según el cual, una agencia de inteligencia británica se puso a las órdenes de Obama para espiar al candidato republicano.
Luego de sus acusaciones, el presidente ha recibido numerosas críticas, incluso de miembros de su propio partido, ante la falta de pruebas que respalden tales comentarios.