El Departamento de Estado ha pedido a las embajadas y consulados estadounidenses alrededor del mundo que identifiquen a ciertos grupos de personas que deberían requerir un escrutinio adicional antes de otorgar visas para que viajen a Estados Unidos.
El mensaje además instruye a las dependencias estadounidenses en el extranjero a que revisen las cuentas de medios sociales de los solicitantes de visa que sean sospechosos de vínculos terroristas o que hayan estado en áreas controladas por el grupo Estado islámico.
Se trata de la primera evidencia de las “investigaciones extremas de antecedentes” a los extranjeros que tengan pensado viajar a Estados Unidos que el presidente Donald Trump prometió durante su campaña y que plasmó en un memorandum.
Incluso si aparte de eso el solicitante califica para una visa, los identificados como dentro de los nuevos criterios requerirían escrutinio adicional y el posible rechazo.
El Departamento de Estado no comentó más allá de decir que estaba trabajando para cumplir los requerimientos del memorándum del mandatario y que “la examinación de visitantes y los procedimientos de examinación están diseñados para identificar de manera efectiva a individuos que pudieran representar una amenaza a Estados Unidos”.
El cablegrama, firmado por el secretario de Estado, Rex Tillerson y que fue reportado primero por Reuters, no define “grupos de población”; pero rápidamente originó críticas de grupos defensores de derechos y otros que acusaron a Trump de discriminación contra los musulmanes a través de su ahora suspendida prohibición de ingreso a viajeros de seis naciones musulmanas.
Amnistía Internacional pidió el jueves al Departamento de Estado que publique el lineamiento.
“Estas medidas podrían otorgar licencia para discriminación basado en el origen nacional y la religión”, dijo el grupo defensor de los derechos humanos en una carta enviada a Tillerson.
“Podrían proporcionar un pretexto para exceptuar a individuos con base en sus creencias y expresión no violentas. La revisión de medios sociales, así como la exigencia de contraseñas de medios sociales en fronteras estadounidenses, tienen implicaciones significativas para la privacidad y la libertad de expresión”, dijeron.