Prisión preventiva tienen los nicaragüenses que lideraban esta red de trata de personas en Costa Rica.
Las 13 mujeres extranjeras que eran esclavas sexuales en tres bares de San Carlos y San Ramón, tenían la obligación de pagar 10 mil colones y regresar a una hora establecida, informaron fuentes de la seguridad de Costa Rica, pero detalló otras atrocidades practicadas contra ellas.
Las víctimas están en un programa de protección de víctimas y testigos. Ellas han sido sacadas y están siendo atendidas con tratamiento psicológico.
Vivían en cuartos muy pequeños sin baños, unas camas viejas que hedían, ellas informaron que se sentían como en una prisión, detalló la fiscala de La Fortuna de San Carlos, Natalia Álvarez, quien adelantó del maltrato que sufrían, antes de ser liberadas durante un operativo de la Policía Profesional de Migración y la Fiscalía.
Tildó de dramático cómo eran las condiciones en el bar los Horcones, en Chachagua de San Ramón, donde ellas tenían dos baños de manera colectiva, había agua empozada y de color verde y bien se encontraron hasta sapos y ranas.
La fiscala agregó que descubrieron basureros “llenos de condones usados”, jeringas viejas y medicamentos para dar tratamiento a las enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea.
Como sospechosos de integrar y liderar esta organización están detenidos dos hermanos (un hombre y una mujer) de apellidos Rivera Carrión y de Nicaragua. Por si fuera poco, está implicada una hija de la mujer con los mismos apellidos y dos mujeres de apellidos Hernández Valle y Hernández González.
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