A nueve semanas de la elección presidencial, las encuestas otorgan un virtual empate técnico entre los dos candidatos de los partidos demócrata y republicano.
Hasta hace dos semanas, Hillary Clinton gozaba de una ventaja electoral de hasta diez puntos contra su oponente Donald Trump, pero al ausentarse de la contienda electoral durante este periodo para dedicarse a la recolección de fondos para su campaña, toda esa ventaja se ha desvanecido, haciendo valer el trabajo de Trump, quien no ha descansado proponiéndole a la nación su programa de gobierno.
Con un viaje sorpresa a ciudad de México unas horas antes de pronunciar su propuesta política migratoria en Phoenix, Trump acaparó la atención ciudadana nacional, iniciando así este resurgimiento electoral que le brinda una probabilidad legítima para convertirse en presidente.
Aun cuando la reunión con el Presidente mexicano Enrique Peña Nieto, fue interpretada como un tropiezo diplomático y un chasco publicitario al inicio, su eventual discurso sobre inmigración le ha hecho quedar muy bien ante los republicanos, al mostrar el lado duro que ha acostumbrado en su campaña política y no el lado blando desconocido que mostró ante el presidente mexicano, al no exigir públicamente el pago de parte de México a la construcción del muro migratorio en la frontera sur del país, que él ha prometido para terminar con la inmigración ilegal mexicana y centroamericana hacia Estados Unidos.
El partido republicano ha cerrado líneas, las encuestas muestran que ahora el noventa por ciento de los electores republicanos apoyan a Trump, olvidando al menos momentáneamente, sus errores políticos de insulto y odio hacia las minorías y su acercamiento a los supremacistas blancos.
Hillary Clinton aun cuenta con los 272 votos electorales que le otorgan la presidencia, y con cinco posibles escenarios para ganar dependiendo de los resultados en estados como Ohio, Florida, Virginia, Carolina del Norte y Pensilvania. Hay que recordar que en el sistema electoral estadounidense, el voto popular nacional que las encuestas reflejan no garantiza la presidencia, sino el resultado de triunfos por estado.
Con el surgimiento de Trump en estados claves como Florida y Ohio, adonde ha pasado a ganar las encuestas, el camino hacia la Casa Blanca se le hace estrecho a Clinton. Sin embargo, las malas noticias para Trump provienen de los $143 millones de dólares recaudados por Clinton en el mes de Agosto, y que la candidata después del descanso por el día del trabajo, ha retomado su camino electoral con ataques fuertes hacia el carácter y políticas públicas de su adversario, a través de sus discursos y múltiples anuncios televisivos en los estados claves que superan por mucho a los de Trump en contra de ella.
Sin duda, la campaña electoral ha llegado al punto más crítico, entre los dos adversarios. El advenir del primer debate presidencial, es por ahora el ansiado acontecimiento del año. El ganador de ese debate será el próximo presidente del país. La mayoría del electorado cree que será Clinton quien gane los debates, basado en su experiencia y actitud presidencial.
El surgimiento de Trump es admirable, considerando que el candidato republicano tiene varios frentes de guerra política abiertos, el más considerable es ante la candidata Clinton, pero además, Trump lucha contra el poder de la prensa que lo ha atacado sin tregua desde el inicio de su camino presidencial y el del propio partido republicano, que no le ha brindado un apoyo desbordante como usualmente lo ha hecho con otros candidatos en el pasado. ¿Qué pasaría si Trump fuera apoyado por Bush, Romney, McCain y Cruz? Posiblemente, su ventaja sobre Clinton sería mucho más amplia.
El fenómeno político Trump sigue vivo y más fuerte que nunca. Hoy se acerca a la Casa Blanca.
@waltermongecruz
Presidente Comisión Cívica Democrática