¿Cómo se adaptan los animales a los entornos urbanos? En el caso de la rana túngara, los machos de la ciudad hacen exhibiciones de apareamiento más elaboradas que los machos en áreas boscosas
Para el 2050, casi el 70 por ciento de la población mundial vivirá en entornos urbanos, según las Naciones Unidas. Pero a medida que las ciudades se extiendan, los animales salvajes también tendrán que adaptarse. En Nature Ecology and Evolution, los investigadores que trabajan en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) informan que las ranas túngara macho en la ciudad de Panamá hacen exhibiciones de apareamiento más atractivas que las ranas que viven en los bosques tropicales cercanos.
“Las ranas Túngara suenan un poco como máquinas de pinball”, comentó Wouter Halfwerk, profesor asistente en la Universidad de Vrije en Ámsterdam, y científico visitante en STRI. “A su sonido de sintonía simple, pueden agregar elementos adicionales como el sonido, gara, para hacer llamados complejos: tun gara gara, de ahí su nombre.
Algunas personas llaman a las pequeñas ranas túngara los equivalentes acústicos de los pavos reales. No son para nada vistosas, pero al igual que los pavos reales machos que tienen colas elegantes para atraer a las hembras, las ranas túngara agregan sonidos extras a sus llamados para buscar pareja”.
Pero las ranas hembras no son las únicas que prestan atención a los cantos de amor de los machos. Los murciélagos depredadores y las moscas parásitas utilizan esos mismos llamados para localizar su cena. Entonces, las ranas no agregan garas extra cuando saben que los depredadores están presentes.
En la ciudad de Panamá, las ranas túngaras viven en diversos entornos urbanos: desde zanjas y charcos en barrios cercanos a bosques tropicales, hasta desagües entre los rascacielos del centro. ¿Cómo se comparan las ranas de la ciudad con las ranas del bosque cuando llaman para atraer a las hembras?
En su primer experimento, el equipo de Halfwerk reproducía grabaciones de llamados de túngaras macho en 22 lugares urbanos y forestales y registraba el número de hembras, depredadores y parásitos que se acercaban usando cámaras remotas sensibles a los infrarrojos.
En la ciudad, menos hembras respondieron a los llamados. Quizás había menos hembras disponibles o los machos tenían que trabajar más para atraer su atención. Además, los llamados grabados no atrajeron a ningún murciélago, y solo unas pocas moscas, lo que sugiere que los depredadores son una amenaza menor en la ciudad.
Para saber si los machos urbanos ajustan sus llamados, registraron hasta un centenar de llamados en los mismos sitios y descubrieron que los machos urbanos llaman a tasas más altas utilizando llamados más complejos y conspicuos que las ranas en el bosque. Cuarenta hembras eligieron entre bocinas que tocaban el llamado de un macho urbano o uno de bosque. Tres de cada cuatro hembras prefirieron los llamados de machos urbanos.
Finalmente, se preguntaron qué tan rápido las ranas ajustan sus llamados. Cuando llevaron las ranas del bosque a la ciudad y las ranas de la ciudad al bosque, descubrieron que los machos urbanos en el bosque cambian de inmediato a llamados más simples, igualándose con los machos del bosque, mientras que los machos de bosque en la ciudad no hacen llamados más complejos de inmediato.
El factor determinante de estos cambios en los llamados de los machos parece ser una mayor competencia por hembras y menos depredadores y parásitos en la ciudad.
“Al igual que cambiamos nuestras relaciones sociales en las ciudades, los animales están cambiando sus relaciones y su comportamiento en las comunidades biológicas radicalmente alteradas que estamos creando en todo el mundo”, comentó Rachel Page, científica del personal de STRI y cautora.
Las afiliaciones de los coautores son Gettysburg College, Purdue University, University of New York en Abu Dhabi y University of Texas. Los fondos para este estudio fueron proporcionados por una beca Marie Curie, una beca Veni, el fondo de Ecología de la Real Academia de las Artes y las Ciencias de los Países Bajos y la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.