Por Héctor Ygonet Céspedes Ramírez
Las alianzas políticas, han sido parte fundamental del quehacer democrático, desde los primeros ensayos electorales, en el mismo corazón de la Roma antigua. Siempre han existido, aliados ocasionales, por conveniencias, necesidad, convicción, y sobre todo, aliados indispensables para obtener la victoria.
La designación de Lenin Moreno, como candidato presidencial de Alianza país, llega en un momento histórico, de grandes definiciones para su organización política. Después de 9 años de la arrolladora presencia suprapartidista de Rafael Correa, Moreno asume la no muy fácil tarea, de continuar el proyecto político, que Correa juró que duraría mas de 300 años. Una victoria de Lenin Moreno, es no solo posible, sino además probable, producto sobre todo de un escenario electoral, no polarizado, dividido en trozos y rechazos, donde el pez mas grande, se comerá al mas pequeño.
Muchos especialistas opinan con inusual razón, que Alianza País necesita consolidar un proyecto electoral, mayor a las instancias internas de su organización política. Por primera ocasión en los 9 años de gobierno de Rafael Correa, los números traicionan las aspiraciones de triunfo de la otrora victoriosa lista 35. Poderosos aliados como Jimmy Jairala, prefecto del Guayas, que en el año 2014, sacó la muy envidiable cantidad, de 1 millón 99mil votos, se encuentran alejados, o apáticos en participar aliados con la lista 35. El equilibro de poderes es necesario, imprescindible y saludable para la gobernabilidad y la salud de un gobierno compartido. Consolidar alianzas, acercaría mas a una victoria, que arriesgarse a dividir una tendencia, que sopla, en dirección donde soplan los vientos de las tormentas y los tsunamis.
Si Alianza País, no consolida una alianza importante en las elecciones de Febrero, podría perder su mayoría en la Asamblea Nacional, algo muy deseable por todos los partidos de oposición y con ello salir defectuosamente de su zona de confort. Muchos, yo incluyéndome, pensamos que es saludable la diversidad de representación política en la Asamblea Nacional. Otros, opinan con cierta razón, que las mayorías móviles, de poco le han servido al Ecuador, y mas bien representaron la inercia, apatía y perversidad de la política de compra y venta de votos.
Si es saludable o no, una estructura polipartidista en la Asamblea, será la decisión soberana de los electores. Lo cierto es que la oposición, poco o nada, ha hecho para consolidar una fuerza electoral homogénea, capaz de representar un frente amplio, que no solo pueda retar al correismo, sino ademas, ganar las próximas elecciones presidenciales y de asambleístas.
Quedan muy pocos días para empezar el proceso de inscripción de candidaturas en Ecuador. Lo que los partidos hagan en los próximos días, con el fin de consolidar candidaturas competitivas y no de relleno, será lo que diferencie y distancie, a los perdedores, de los ganadores.
¿Quien ganará?, indudablemente el candidato que saque mas votos, y haga las mejores alianzas.