Adalia acostumbraba a compartir en la Red apartes de su vida cotidiana y su gusto por todo lo relacionado con la moda. También se mostraba cantando, bailando y divirtiéndose, pese a sus percances de salud
Muere la estrella de Internet con envejecimiento prematuro. Adalia Rose Williams, una popular figura de las redes sociales con envejecimiento prematuro, falleció este 12 de enero a los 15 años. La noticia fue dada a conocer este jueves por su familia en las redes sociales, sin especificar las causas puntuales de su muerte.
“[Adalia] se fue sin hacer ruido, pero su vida estuvo muy lejos de eso. Ella conmovió a millones de personas y dejó una huella enorme en todos los que la conocieron. Ya no tiene dolor y ahora está bailando con toda la música que le gusta”, señala el mensaje, donde también se agradece a todo el personal médico que trabajó con ella “durante años para mantenerla sana”.
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Esta adolescente de Texas (EE.UU.) fue diagnosticada a los tres meses de edad con el síndrome de progeria Hutchinson-Gilford, una rara condición genética que hace que los niños desarrollen muchos cambios y enfermedades como pérdida de cabello, envejecimiento de la piel, anomalías en las articulaciones o pérdida de la masa ósea. La esperanza de vida de estas personas es de 13 años y afecta a menos de 500 niños en todo el mundo.
Pese a su corta vida, con su personalidad extrovertida, Adalia logró convertirse en toda una estrella de Internet, donde acostumbraba a compartir apartes de su vida cotidiana y su gusto por todo lo relacionado con la moda. También se mostraba cantando, bailando y divirtiéndose, pese a sus percances de salud. En Facebook acumuló 12 millones de seguidores, en YouTube 2,9 millones de suscriptores y en Instagram la seguían más de 400.000 personas.
Su madre, Natalia Pallante, contó en una entrevista en 2018 que luego de ser diagnosticada con la enfermedad, Adalia comenzó a perder el cabello y su piel se volvía cada vez más fina. La familia siempre intentó no hablar de la esperanza de vida con su hija para no llenarla de miedo y siempre se esforzaron por vivir el día a día.
“Ni siquiera decimos la palabra ‘progeria’ muy a menudo, simplemente la tratamos como a una niña normal de 11 años y tratamos de darle la mejor vida”, dijo en ese entonces su padre, Ryan.
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