“La tecnología de la telefonía móvil cambia constantemente y algunos de los tumores que estudiamos son muy raros”, señalan los autores
Una investigación reciente del Instituto Karolinska (Suecia) e Imperial College London (Reino Unido) concluyó que el uso de teléfonos móviles no aumenta el riesgo de desarrollar tumores cerebrales, según un artículo publicado en la revista Environment International.
El uso generalizado de celulares y otras comunicaciones inalámbricas ha suscitado preocupaciones sobre los posibles efectos cancerígenos y perjudiciales para la salud debido a la radiación electromagnética de radiofrecuencia de la tecnología móvil.
Para aclarar los posibles riesgos, un equipo de científicos emprendió un estudio de cohorte sobre los efectos de los teléfonos móviles en la salud, llamado Cosmos, donde participaron unas 250.000 personas en cinco países, entre 2007 y 2013.
Los colaboradores respondieron preguntas detalladas sobre el uso de sus dispositivos y, posteriormente, se inició el respectivo seguimiento para registrar la posible aparición de tumores cerebrales como glioma (maligno), meningioma (usualmente benigno) y neuroma acústico (benigno).
“Por primera vez, los investigadores pudieron realizar un estudio de cohorte prospectivo en el que se recopiló información detallada sobre el uso del teléfono móvil de los participantes. Los resultados muestran que aquellos que pasaron más horas con un teléfono móvil no corren más riesgo de desarrollar un tumor cerebral que los demás”, explicó la Maria Feychting, profesora del Instituto de Medicina Ambiental del Instituto Karolinska, que dirigió el estudio.
Asimismo, los investigadores señalan que la prevalencia de tumores cerebrales entre el 10 % que pasaba más horas utilizando un teléfono móvil no difirió significativamente de aquellos que usaron el celular mucho menos.
Sin embargo, el estudio sobre la posible asociación entre el uso de teléfonos móviles y tumores cerebrales aún no ha terminado. Los autores señalan que los resultados de Cosmos serán una contribución importante a la base científica para futuras evaluaciones de riesgos para la salud, pero insisten en la necesidad de seguir investigando.
“La tecnología de la telefonía móvil cambia constantemente y algunos de los tumores que estudiamos son muy raros. Por eso seguiremos a los participantes de Cosmos para poder sacar conclusiones más fiables sobre los posibles riesgos a largo plazo”, agregó Feychting.