El estudio del polvo lunar de la misión Apolo 17 se convirtió en “un punto de anclaje” para la historia de la formación del satélite terrestre
La Luna es 40 millones de años más antigua de lo que se pensaba anteriormente, según concluye un estudio de investigadores británicos. El descubrimiento se produjo cuando los científicos estudiaron los cristales de polvo lunar traído en 1972 como parte de la misión Apolo 17, la última vez que los astronautas pisaron la luna.
Algunos trabajos anteriores sobre materiales lunares calcularon que el satélite de la Tierra tenía una antigüedad unos 4.420 millones de años. Sin embargo, el nuevo método de tomografía con sonda atómica sugiere que los cristales y, por tanto, todo el satélite, parecen tener al menos 4.460 millones de años.
“Es un punto de anclaje para tantas preguntas sobre la Tierra”, explica la doctora Jennika Greer, de la Universidad de Glasgow, autora principal del estudio, citada por The Guardian. “Cuando sabes la antigüedad de algo, puedes comprender mejor qué le ha sucedido a lo largo de su historia”, agregó.
Sin embargo, el Dr. Romain Tartèse, de la Universidad de Manchester, señaló que el estudio supone que los hallazgos de las muestras del Apolo se aplican a toda la Luna, lo que podría no ser el caso. “Esto subraya la importancia de traer más muestras de diferentes regiones de la Luna a través de futuras misiones”, añadió.
Al mismo tiempo, Tartèse subrayó “el gran beneficio de las misiones de recogida de muestras y la selección adecuada“. “Más de 50 años después de que se trajeran estas muestras, todavía estamos haciendo descubrimientos clave sobre la Luna y el sistema solar interior a medida que la tecnología continúa desarrollándose”, explica el científico.