A finales de este mes de enero, Tesla dio a conocer los resultados del cuarto trimestre de 2019. Como algunos esperaban, estos fueron prácticamente de récord, y es que la compañía ganó 386 millones de dólares (105 millones de los cuales de beneficio) tan solo en los meses de octubre, noviembre y diciembre del año pasado. Estos espectaculares números demuestran el gran crecimiento que la empresa de coches eléctricos de Elon Musk ha experimentado en los últimos meses.
Unas cifras tan positivas han llegado acompañadas por un aumento también de su valor en bolsa, y es que parece que la gente está dispuesta a comprar acciones de Tesla. Así, el pasado 29 de enero, la multinacional cerró el mercado con acciones un 7 % más caras. De este modo, las acciones pasaron a tener un valor que superó $700 USD.
Todo ello ha contribuido a mejorar aún más la presencia en el mercado de Tesla, que a día de hoy tiene una capitalización de 104.700 millones de dólares. Esto la sitúa solo por detrás de Toyota en la industria de automóviles y significa que por primera vez ha superado incluso a Volkswagen. ¿Pero cómo ha llegado el fabricante de coches eléctricos hasta aquí? En un momento donde sigue habiendo mucha gente que duda de su viabilidad, ¿conseguirá ser rentable finalmente este 2020?
Tesla Motors fue fundada en 2003 por Martin Eberhard y Marc Tarpenning con la ayuda de Elon Musk, que aportó el 98 % de los fondos iniciales. No fue hasta un tiempo después que Musk pasó a ser el director ejecutivo de la empresa, que en 2018 fue nombrada el fabricante de coches enchufables que más vende con más de 245.000 ejemplares entregados. Estos últimos años hemos sido testigos del gran crecimiento de la compañía, aunque por ahora no ha conseguido ser rentable.
Es esto último precisamente lo que pone en cuestión que invertir en acciones de Tesla sea una buena decisión. La compañía fabrica productos de lujo y algo futurísticos, lo que puede echar para atrás a aquellos que no estén dispuestos a asumir un riesgo. Ahora bien, quien no tenga miedo de esta incertidumbre puede verse beneficiado a la larga si se cumplen los pronósticos. Son signos muy positivos que la industria de los vehículos eléctricos parece ser el futuro y que no pare de crecer la demanda de coches de Tesla.
De hecho, los buenos resultados de los últimos meses han hecho que la compañía de Musk mire el futuro con mucho optimismo. Según la empresa, la demanda seguirá en aumento y cree que podrá igualar tranquilamente los 367.500 vehículos entregados en 2019. Es más, piensan que podrían superar las 500.000 unidades este 2020. Tesla quiere aumentar el ritmo de la fabricación de coches con la inauguración de fábricas. A sus plantas de Nevada, California y Shanghái, se les podría unir una cuarta en Alemania el año que viene.
De esta forma, Tesla podría solventar sus problemas a la hora de cumplir con la demanda. Pero con el problema de la producción solucionado y con el mayor reclamo que jamás hayan tenido (demostrado por sus resultados del cuarto trimestre de 2019), la compañía debe hacer frente a otro inconveniente: el ritmo de entrega. En los últimos años, sus clientes han tenido que esperar un año hasta recibir el coche por el que habían pagado. Solo así se augura un futuro donde los problemas de rentabilidad sean solo cosa del pasado.