Esta arma de fuego con proyectiles de 9 milímetros y un sistema de reconocimiento biométrico promete cambiar radicalmente la manera en que se concibe la seguridad armamentística
La compañía Biofire, una ‘startup’ con sede en Colorado (EE.UU.), lanzará al mercado a finales de este mes la primera arma inteligente con seguridad biométrica. Este avanzado modelo de pistola de 9 milímetros, integrado con tecnología de reconocimiento de huellas dactilares y facial de 3D infrarrojo, dispara solo cuando la empuñan usuarios autorizados.
Según la empresa, después de la venta de los primeros modelos de estas armas, valoradas en 1.899 dólares, le seguirá un proceso de venta con pedidos anticipados por un precio de 1.499, que serán entregados a principios de 2025.
Características
Con un peso de poco más de 1 kg, el revolucionario motor biométrico Guardian de Biofire desbloquea la pistola, llamada Smart Gun, en cualquier situación. Los sistemas integrados de identificación, que incluso funcionan a pleno rendimiento en la oscuridad, verifican de forma independiente sus datos biométricos para que su arma de fuego pueda reconocer siempre a su usuario, incluso si usa guantes o tiene cubierta la cara. El arma de fuego se bloquea en el momento en que sale de su mano y se asegura inmediatamente para evitar un mal uso si la deja o se la arrebatan a la persona autorizada.
Debates sobre seguridad
Detrás de esta innovación se encuentra Kai Kloepfer, CEO y fundador de Biofire, quien comentó este jueves a NBC News que el desarrollo de esta arma estuvo inspirado en el trágico tiroteo en un cine de Aurora, Colorado, en 2012. Kloepfer dedicó años de su vida al desarrollo de una solución tecnológica que pudiera prevenir situaciones similares. El empresario sostiene que “su producto ha sido sometido a pruebas rigurosas y promete una fiabilidad superior a la de los sensores biométricos presentes en los ‘smartphones’ actuales”.
Sin embargo, la introducción de esta tecnología en el mercado no está exenta de desafíos y escepticismo, especialmente por parte de los defensores de los derechos a portar armas, que se muestran preocupados por la posibilidad de que estas armas inteligentes puedan ser inactivadas a distancia, incluso por el Gobierno. Por su parte, Biofire asegura que el acceso remoto a su arma no es posible, buscando aliviar dichas preocupaciones.